Las alergias invernales también existen y plantean problemas reales para muchas personas. Las alergias invernales a menudo son “alergias perennes’, lo que significa que pueden aparecer en cualquier momento del año, en lugar de limitarse a la primavera, el verano y el otoño.
Las alergias que surgen del clima frío no son desencadenadas por el polen, sino por factores como las esporas de moho, las manchas de humedad, los ácaros de polvo y la caspa de mascotas. Recuerda que los resfríos tienden a estar más extendidos durante el invierno. Por lo tanto, siempre vale la pena verificar si estás sufriendo un resfrío o alergias invernales antes de tomar cualquier medida.
Numerosos estudios clínicos han demostrado que las vacunas de alérgenos son eficaces: producen una disminución de los síntomas y del uso de medicación, así como una mejoría significativa de la calidad de vida. Se ha demostrado también que son capaces de disminuir las posibilidades de desarrollar asma si se aplican precozmente. En el caso de los venenos de los himenópteros, curan a más del 95 % de los tratados con veneno de avispa y a cerca del 90 % de los alérgicos a la abeja. Para poder abordar el tema en cuestión La Dra Paula Nuñez, nos responde para aclarar los puntos claves de esta enfermedad. La alergia no es una enfermedad genética propiamente pero sí que existe un componente hereditario que hace a una persona más susceptible de padecerla. Con esa base de susceptibilidad, dependerá de la exposición a diferentes alérgenos el hecho de que se desarrolle unos cuadros, otros o ninguno. Por ejemplo: si una persona de una zona geográfica desarrolla alergia a los ácaros y se traslada a vivir en una zona donde hay cultivos de olivos, podría desarrollar una nueva alergia al polen de los olivos. Es decir, una persona puede tener una tendencia y luego hay factores que modulan las circunstancias para llegar a desarrollar la enfermedad.
– ¿Qué es la alergia?
La alergia es la percepción de nuestro organismo como nocivo de una sustancia que no lo es (alérgeno). Este contacto pone en marcha una respuesta inmunológica exagerada que intenta neutralizar por mecanismos de defensa que se vuelven dañinos contra el propio organismo causando los síntomas.
– ¿Cuántos tipos de alergia hay?
Existen múltiples tipos de alergias, respiratorias (rinitis, conjuntivitis, asma), alergias alimentarias, alergias a fármacos, a contactantes (como metales, tintes para el cabello, entre otros). Todos estos tipos de alergia van a manifestarse en diferentes órganos y sistemas, que pueden ir desde cuadros leves hasta reacciones graves que pueden comprometer la vida del paciente (anafilaxia). –
– ¿Qué son las alergias respiratorias?
La más frecuente es la rinitis alérgica, que muchas veces puede ir acompañada de síntomas conjuntivales, sinusales y asma. La presentación clínica consta de congestión nasal, prurito nasal y ocular, estornudos, secreción nasal acuosa o blanca, sin fiebre. Si bien hay pacientes que pueden presentar síntomas anuales (rinitis alérgica perenne), es muy frecuente las exacerbaciones estacionales, dónde los pólenes juegan un papel preponderante. Teniendo en cuenta esto, la zona geográfica va a tener relación en los pólenes involucrados y los momentos de polinización de cada área, también el tipo de clima va a influir en la cantidad de polen presente en el aire que respiramos (humedad ambiente, presencia de viento, presión atmosférica). Es por eso que los cambios de clima influyen en los síntomas de los pacientes que padecen esta patología.
– ¿Cuál es el análisis que determina la alergia en una persona?
Para hacer diagnóstico de cualquier tipo de alergia es primordial una minuciosa historia clínica orientada, donde es importante conocer el medio ambiente donde desarrolla la vida el paciente, actividades, mascotas, alimentación entre otras cosas, como así también el examen físico.
Luego de eso podemos apoyarnos en métodos complementarios según la necesidad de cada paciente. No existe un método de laboratorio estándar para el diagnóstico de alergia, en general tienen bajo rendimiento y quedan relegados para aquellos casos en los que las pruebas cutáneas no pueden realizarse o en los que forman parte de criterios de diagnóstico (alergia a picaduras de abejas/avispas)
– ¿Qué tipo de test se realiza?
En cuanto a los métodos de diagnóstico específicos, lo vamos a elegir según la clínica que presente el paciente, en general se tratan de pruebas cutáneas de reacción inmediata (skin prick test, Prick to prick) para alergias respiratorias y alimentarias; pruebas cutáneas de reacción retardada (Test de parches cutáneos) para alergias de contacto en piel. Para reacciones adversas a medicamentos pueden utilizarse los dos mencionados previamente como pruebas de provocación controlada según el caso.
– ¿Las vacunas son efectivas?
Existen tratamientos de vacunas orientados a mejorar principalmente las alergias respiratorias y alergia a picadura de himenópteros (Inmunoterapia alérgeno específico), cosiste en administrar el alérgeno en dosis crecientes, hasta que el paciente genere tolerancia al mismo. Es un tratamiento en el que la elección del paciente y del alérgeno es muy importante ya que de eso depende el éxito del mismo. La duración es de 3 años. Cuando conseguimos buenos resultados, el paciente logra controlar sus síntomas durante aproximadamente 10 años. Ya que se trata de una patología crónica, los síntomas de la alergia se tratan y se controlan mejorando ampliamente la calidad de vida del paciente, pero probablemente algunos síntomas acompañen al paciente durante toda su vida.
Actualmente las vacunas pueden ser subcutáneas, sublinguales, intramusculares, intranasales. Por lo general se pueden indicar a partir de los 3 años sin límite de edad, aunque en los adultos mayores suelen tener menor eficacia por el envejecimiento del sistema inmune (inmunosenescencia). Está contraindicado su uso en pacientes oncológicos y en enfermedades autoinmunes, no debe indicarse tratamiento con inmunoterapia durante el embarazo.
Se ha demostrado que la inmunoterapia evita que la alergia se agrave y pase de una simple rinitis a desarrollar asma. Las vacunas han evolucionado mucho en los últimos años: las pautas de administración son más rápidas y los extractos alergénicos utilizados están mejor estandarizados. Son especialmente eficaces en los niños.

