Deberíamos estar muy preocupados por las últimas mediciones que indican que nuestro país ocupa uno de los primeros lugares en el consumo de alcohol y drogas. Pero es evidente que a nuestra sociedad poco la alarma el aumento del flagelo de las adicciones, porque ve al problema como algo normal que si no la afecta directamente no es relevante.


Si bien estamos hablando de una situación que afecta a las personas de todas las edades, son los menores los que más preocupan por ser objetivo fácil de organizaciones que se dedican al tráfico y la comercialización de alcohol y drogas. Este problema de consumo no sólo es a nivel nacional. Se replica en cada una de las provincias. En el caso de San Juan, la idiosincrasia provincial hace que poco se hable del tema, pero cada vez es más evidente que la situación está empeorando y que a diario se den casos como el de un alumno de un colegio religioso que fue sorprendido vendiendo a sus compañeros.


En nuestra provincia, el ingreso a los hábitos de consumo se pueden dar en distintos ámbitos, desde los más ingenuos como las "previas", en las que los chicos se reúnen en un domicilio particular para consumir bebidas alcohólicas antes de una salida nocturna, o en determinados boliches o centros de diversión nocturna, en los que circulan sustancias ilegales. Pero no sólo la noche trae aparejado este problema. En los alrededores de los colegios secundarios hay distribuidores que esperan la salida de los chicos, al igual que en otros sitios de concentración de jóvenes.


La Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad) en su informe sobre el consumo de drogas en las Américas 2019, reveló que la Argentina está primera entre los países americanos en el consumo de alcohol.


Mientras que en nuestro país el consumo llega al 53% de la población, en EEUU alcanza el 50%. En relación al consumo de cocaína la Argentina se ubica segunda con el 1,6% detrás de EEUU que tiene el 1,9 % y en el consumo de marihuana está en el 5to lugar, con el 7,8%, mientras que Canadá es primera con el 14,2 %.


Hay que reconocer que en estos últimos años la lucha contra el narcotráfico ha posibilitado desarticular varias organizaciones delictivas, pero también tenemos que tener en cuenta que es desde el hogar donde se proyectan las mejores campañas de prevención. Son los padres, los que deben evitar que sus hijos se vinculen con vendedores y distribuidores, y la mejor forma de hacerlo es dialogando con ellos. Para eso hay que estar debidamente informado sobre cómo funciona el sistema y llegar a establecer con los hijos una comunicación fluida y efectiva.