Finalizado el período legislativo de este año, la iniciativa de prohibir a los candidatos con condenas por delitos de corrupción a ser candidatos a cargos electivos nacionales no prosperó en la Cámara de Diputados de la Nación. Había sido presentada oportunamente, antes de las elecciones legislativas de octubre último, con el objeto de cortar con una costumbre muy propia de nuestro país de permitir la participación en actos electorales de candidatos cuestionados por la justicia, con el solo objeto de obtener fueros y otros privilegios que les eviten pagar por las faltas cometidas. Pero no se llegó a tiempo con su tratamiento en el recinto por lo que pasó a "fojas cero'' obligando a tener que tratarla nuevamente el año próximo.


La norma propuesta está inspirada en situaciones como la del expresidente Carlos Menem, quien a pesar de afrontar dos condenas penales, confirmadas en segunda instancia, la Justicia lo autorizó a postularse por tercera vez consecutiva a senador por la provincia de La Rioja. También tiene en cuenta la situación de la expresidente Cristina Kirchner, quien si bien todavía no ha sido condenada, está procesada en distintas causas judiciales por corrupción.


Lamentablemente, la iniciativa que ya contaba con estado parlamentario y dictamen de las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia, con el apoyo de todos los bloques políticos, salvo de la izquierda y del kirchnerismo, no pudo ser tratada en la última sesión ordinaria, por lo que el próximo año habrá que cumplimentar, nuevamente, cada uno de los pasos que ahora han quedado sin efecto.


El proyecto es de la diputada de Cambiemos Silvia Lospennato, quien lo presentó a comienzos del año legislativo. Debería haber contado con el apoyo suficiente para una sanción inmediata, ya que es una de las iniciativas que son mejor vista por la ciudadanía al avanzar contra una de las prerrogativas que la política ofrece a quienes buscan en ella ventajas personales o corporativas, pero intereses diversos impidieron que fuera tratada a tiempo.


La situación de Menem, como la de Cristina Kirchner son dos casos emblemáticos, entre otros tantos de los que están plagados ambas cámaras del Congreso Nacional. Y esta práctica no cesará hasta que no se legisle en ese sentido, cortando la posibilidad de que se utilice el voto popular y los fueros que ellos conceden para eludir a la justicia.