Los recesos de verano e invierno, en que mucha gente está de vacaciones y hay menos tránsito en las calles, deben ser aprovechados para implementar sistemas de ordenamiento vial o mejoras en la infraestructura de calles y rutas.


En materia de circulación de todo tipo de vehículo, incluido el servicio de ómnibus, hay varios temas pendientes como el reordenamiento de las líneas de colectivos para evitar que las unidades circulen por calles céntricas, con paradas en sitios que no son muy convenientes en momentos en que el tránsito es intenso. Desde la Dirección de Transporte se habló sobre la posibilidad de que los colectivos circularan en el radio de las cuatro avenidas, con una redistribución de las paradas para alentar una expansión del radio céntrico, evitando los alrededores de la Plaza 25 de Mayo. Esta modificación iba a traer aparejada mejoras en general del servicio de ómnibus, pero siguen postergadas en el tiempo.


En cuanto a la circulación de vehículos particulares, más allá de los lógicos inconvenientes que puedan ocasionar obras como el ensanche de la Av. José Ignacio de la Roza, en Desamparados, es conocido que en épocas de plena actividad, en los horarios picos, todos los accesos al centro de la ciudad se ven colmados de vehículos. También hay algunos puntos conflictivos en varias esquinas del centro por carecer de semáforos o por encontrarse con el viejo problema de que se debe doblar a la derecha en esquinas en las que hay paradas de colectivos.


Hay otros requerimientos por parte de los conductores, como por ejemplo la sincronización de los semáforos para que haya onda verde y la señalización horizontal de calles rurales con poco alumbrado público, y de sendas peatonales en centros urbanos. También está haciendo falta mayor precisión en cuanto a la señalización vial en la zona de ingresos a los centros poblados y la fiscalización de la construcción de rotondas que en ocasiones son muy pequeñas.


La circulación y estacionamiento de vehículos en las inmediaciones de las escuelas es otro punto a considerar al igual que el ordenamiento vial en cercanía de los nuevos edificios del Registro Civil y Defensa Civil de calle Santa Fe; o el de Obra Social, cerca del Centro Cívico.


El control del tránsito mediante la aplicación de multas es la última instancia en un ordenamiento. La acción de la policía no debe ser para hacer multas sino para ordenar y prevenir, antes está la educación vial que indica la prioridad para el peatón, el uso de guiños y luces adecuadas o la prioridad para el que circula por la derecha, entre otras tantas normas que hay inculcar.