La reciente recordación del Día Mundial del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) ha sido ante todo un llamado de atención por la necesidad de afrontar con mayor preocupación a esta patología que afecta el desarrollo y la calidad de vida de las personas. Es una enfermedad que en general comienza a manifestarse antes de los 6 años, con una incidencia del 5% en niños y algo más en las niñas. Y a medida que el chico crece, en la adolescencia los síntomas prevalecen y en la adultez persisten hasta en un 50 por ciento.


De acuerdo a las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) entre el 30% y el 50% de las personas con TDAH manifiestan signos de ansiedad, en tanto que entre el 33% y el 55% de los pacientes con esta enfermedad tiene problemas con el abuso del alcohol y las drogas, en particular la cocaína. En los adultos el trastorno presenta tres síntomas típicos: déficit de atención, impulsividad e hiperactividad excesiva e inapropiada. Esto explica las reacciones intempestivas que mucha gente tiene en la vida diaria y provoca situaciones de riesgo personales y a terceros.


Por ello los problemas a los que se enfrentan las personas con esta patología son innumerables y comienzan en la infancia y pueden prolongarse durante toda la vida. Es así que uno de los objetivos que las asociaciones de familias involucradas en el tema pretende que exista una conciencia social sobre este trastorno, de manera que las personas afectadas y su grupo familiar puedan obtener mejores niveles de calidad de vida.


Y esto debe partir de una mayor información sobre el TDAH desde el ámbito escolar para evitar el fracaso en los estudios, la prevención del acoso escolar, una adecuada inclusión educativa, y una orientación adecuada para alcanzar niveles de enseñanza superior. Pero para ello son fundamentales las políticas sanitarias debido al elevado costo de las terapias, imposibles de asumir por familias de bajos recursos, con el riesgo de abandonar los tratamientos. El fracaso escolar, los accidentes de tránsito, los fracasos de pareja y familiares, el delito, y la droga dependencia, son algunos de los resultados del abandono.


Además del tratamiento farmacológico es muy importante que los padres y los docentes de los chicos sepan en qué consiste el trastorno y actúen en consecuencia, de manera que cuanto más conozcan el TDAH más podrán ayudar a los pequeños. No es lo mismo dar una orden a cualquier niño que a uno que tenga la patología, es decir dar órdenes por partes, mirándoles directamente a los ojos para asegurarse que han comprendido las indicaciones.