Habían pasado dos años desde el asesinato de la joven canadiense Brittney Gargol. La Policía ya no tenía pistas y el crimen se encaminaba a quedar impune. Sin embargo, una foto publicada por la mejor amiga de la víctima logró destrabar la causa.

Cheyenne Rose Antoine, hoy de 21 años, fue declarada culpable y condenada a siete años de prisión por el asesinato de Gargol, quien al momento de morir tenía 18 años. Nada la señalaba como sospechosa, salvo una selfie que compartió en Facebook horas antes del crimen.

En la misma, se la podía ver junto a su amiga y luciendo un cinturón, el mismo que apareció junto al cuerpo de Gargol y con el que había sido ahorcada en un basurero en Saskatoon, al oeste de Canadá.

Durante el juicio, Antoine confesó la autoría del crimen, aunque aseguró que no recordaba haberlo hecho. “Nunca voy a perdonarme. Nada de lo que diré o haré la traerá de vuelta. Lo siento tanto, tanto. No debería haber sucedido nunca”.

“Casi no hay día en el que no podamos pensar en Brittney y en lo que pasó esa noche, sobre lo que debe haber sentido mientras luchaba por su vida”, lamentó Jennifer, tía de la víctima.