Mayra alcanzó a estar una hora y media dentro del féretro, hasta que posteriormente reconoció que pasó mucho calor y se sintió muy solitaria. Fueron cientos de personas quienes llegaron a su "despedida". Algunos con risa, otros simulando estar triste, para darle en el gusto a la mujer de 59 años, que soñaba con saber cómo sería su funeral.

Mayra alcanzó a estar una hora y media dentro del féretro, hasta que posteriormente reconoció que pasó mucho calor y se sintió muy solitaria.

Fueron cientos de personas quienes llegaron a su "despedida". Algunos con risa, otros simulando estar triste, para darle en el gusto a la mujer de 59 años, que soñaba con saber cómo sería su funeral.