Tiene 35 años de edad, pero cuenta con una vasta experiencia sobre las tablas. José María Muscari es un prolífico y multifacético actor, director y dramaturgo que está presente tanto en el teatro, la televisión, la radio y las redes sociales. Es el responsable de poner en escena esta noche la obra "8 Mujeres" en el Teatro Sarmiento. Con la participación estelar de grandes actrices como María Leal, Norma Pons y Katja Alemann, promete al espectador una cita con el humor, el suspenso y la intriga. Contundente y directo, el artista habló abiertamente con DIARIO DE CUYO.
– ¿Qué temática aborda la obra?
– Es una obra de misterio, intriga y muchísimo humor. Particularmente, no trata sobre la mujer en sí, apunta a la condición humana en general. Plantea personajes que cualquier familia puede albergar en su seno. Justamente, el protagonista es el hombre asesinado. En torno a esa muerte, para saber quién es la culpable, se revelan sus peores miserias y bajezas. El humor se da por situación, por el nivel de las relaciones, no por chistes. Eso es lo que mantendrá enganchado al público durante una hora y media de función.
– Dirigir a actrices de renombre no es nada fácil, ¿cómo lo trabajás?
– Como director me interesa cosechar todo lo mejor que tiene cada actriz. Tanto María, Norma, Chunchuña, Mónica, Katja, son nombres pesados en el cine, el teatro y la televisión. Noche tras noche recibimos la ovación de aplausos del público, no solo por la historia que cuentan, sino en cómo lo cuentan y todo lo que dejan arriba del escenario. Estas mujeres tienen el encanto de ser actrices de raza, son muy conocidas por su trabajo artístico en y no por algún escándalo mediático.
– ¿La transgresión siempre fue tu herramienta más efectiva?
– No lo pienso así. La transgresión es una consecuencia de lo que pongo en escena. No pretendo transgredir nada, solo busco el mejor sello de calidad en lo que hago. Me gusta el riesgo, pero eso indefectiblemente me lleva a ser considerado como un creador polémico, vanguardista, diferente y transgresor. Pienso en lo que me pasa a mí con las cosas que siento y no me interesa que efecto le pueda causar al otro.
– Tu paso por Showmatch ¿qué te ha dejado de recompensa?
– Lo viví como algo histórico, fue una novedad tremenda mostrar que dos hombres bailen para la televisión. Fue una idea mía que la producción aceptó y la respetó. Los seis meses que estuve en "Bailando por un sueño’ cultivé un reconocimiento popular, que para un artista de estirpe teatral como yo, es muy difícil de lograr. Soy un eterno agradecido por haber mostrado en en la tele mi sexualidad con naturalidad.
– ¿Fue algo más que buscar rating?
– La televisión es un negocio y no tengo ningún conflicto con eso. Dentro del Show business, aporto con algo que me identifique y que no me de vergüenza ajena. Sentí que en Showmatch pasó eso, pude participar de algo que es un negocio y con un grado de exposición muy alto. No me arrepiento de lo que hice.
– Se lo critica mucho a Tinelli por estereotipar a la homosexualidad con la fiesta de los martes. ¿Estás de acuerdo con esa afirmación?
– La televisión no es la responsable de representar nada, ni a nadie, no siento que Tinelli sea referente de la heterosexualidad, ni siquiera quise representar a la homosexualidad en el tiempo que estuve. Si hacen una fiesta gay en pantalla, tampoco pretendo que me representen a mí. El programa es un ciclo divertido y uno tiene el poder del control remoto en su mano para cambiar de canal cuando se le dé la gana. A mí no me gusta criticar algo que la mayoría del público quiere ver.

