(FOTO: DANIEL ARIAS)

Siguiendo los coletazos de una tendencia mundial, en San Juan la venta de instrumentos musicales también creció durante la pandemia. "No es para tirar manteca al techo", le bajan un poco el tono desde las firmas que han experimentado este interés, que no son todas aunque sí la mayoría. Pero sí admiten que, en comparación con otros rubros y con otras épocas -como la recesión que se experimentó el año pasado, ejemplifican- han notado un repunte en estos meses, especialmente cuando se empezó a vislumbrar que esta cuarentena venía para largo. No es descabellado. Además de que bien puede considerarse como una inversión, ante una mayor disponibilidad de tiempo sumada a la imposibilidad de pasear, juntarse con amigos o hacer deportes incluso, pues la música se erigió como bálsamo, compañía, diversión y también aprendizaje, siempre gratificante. Justamente -señalan- la mayoría de estos compradores no fueron precisamente músicos, mucho menos los independientes (uno de los sectores, paradójicamente, más afectados a la hora de generar ingresos en este contexto), sino familias que buscan sacar a sus chicos de las largas horas frente a las pantallas; y jóvenes o adultos que decidieron aprovechar el tiempo muerto retomando aquel hobby o dándose ese gusto tantas veces postergado.


Con distintos precios según la marca y calidad, la noble guitarra criolla, el ukelele que se puso tan de moda en los últimos tiempos y el clásico teclado están entre las principales opciones demandadas. Pero a la par, y siempre hablando de música, hay otro rubro que se recorta en ventas en medio de esta cuarentena, y es el de los accesorios para armar el propio "home studio": micrófonos, auriculares, placas de audio, controladores MIDI, etc; que permiten grabar desde casa (y subir a las plataformas) con no muchos elementos más si ya se tiene una compu, y con resultados bastante buenos. Aquí los jóvenes con algunos conocimientos previos son los que picaron en punta, aunque no de manera excluyente.


 "Sí, no es nada del otro mundo, pero pese a la pandemia, para nosotros ha sido mejor que el año pasado", comentó Juan Carlos, desde Blue Note. "(Los que compran) No son los chicos que viven de la música, que ganan poco y encima ahora están parados. Evidentemente en la casa la gente ha sentido la necesidad de entretenerse y de aprovechar el tiempo de esta forma", distinguió. "La gente se encontró con que iba a estar guardada 30 o 40 días, que encima después fueron muchos más, y dijo "vamos a buscarle la vuelta a ver qué hacemos". Es que si te pasás todo ese tiempo con una pantalla adelante te volvés tonto, así que la gente buscó una guitarra, por ejemplo, que además puede aprender toda la familia. Y también tenés gente que decidió retomar algo que dejó en algún momento", acotó Fernando desde Bajo Cuerdas. "Sí está claro que la gente eligió la música como para canalizar estos días", agregó. Y Nélida, de La Clave, acordó absolutamente con él: "Cuando se vio que esto iba para largo, la gente empezó a invertir en instrumentos para los hijos sobre todo, para que no estuvieran pegados a las tablets y a los celulares. Fue como un boom, sobre todo en la primera cuarentena fuerte".


Victoria, desde Tres Octavas y Gabriel, desde Hoffmann, por su parte, adhieren -aunque en distinto grado- al creciente interés por los instrumentos en medio de esta pandemia, donde el "top five" podría completarse con bajo y batería. Pero en lo que coinciden ambos y de lo que dan fe es del auge de los "home studios", y no dudan en señalar que se trata de un fenómeno universal, en general liderado por aficionados y amateurs, y que la provincia tampoco queda afuera de esto.


Al eco local de esta tendencia que se hace sentir hay que sumarle los sanjuaninos que optaron por comprar instrumentos y/o accesorios a firmas foráneas con ventas en línea, una modalidad cada vez más corriente también en estas latitudes. Y pese a dibujarse como una dura competencia para el mercado sanjuanino, sin embargo, este tipo de ventas también favoreció en cierta manera a los comercios de la provincia que se pusieron a tono con los tiempos que corren y a través de las redes y sitios web ampliaron su mostrador a una clientela potencial fuera de los límites de San Juan. 


Eso sí, la falta de variedad y de stock en algunos casos se ha hecho sentir, porque no hay que olvidar que mucho de todo lo que involucra este mercado es importado. Pero salvo excepciones, los encargados y propietarios agradecen el no poder quejarse.


Enseñanza virtual, tutoriales y, por qué no, mucha audacia, complementan esta tendencia que hizo que el ritmo se apodere de más hogares sanjuaninos a lo largo de este aislamiento y distanciamiento social preventivo y obligatorio; donde por lo visto, la música ha sido una gran aliada para paliar el encierro.

  • Mano al bolsillo

Entre los instrumentos más pedidos durante esta cuarentena figuran ukelele, guitarra y teclado. A partir de la consulta con las firmas locales, se puede saber que el precio del ukelele ronda entre los $2.500 y los $7.000 uno con ecualizador, una guitarra criolla va desde $5.000 en adelante; y un teclado está sobre los $10.000; claro que todo depende de las marcas, categoría y calidad de los instrumentos.


Armar un home studio, contando ya con la compu, puede demandar desde $15.000 a $40.000 o más, porque también está sujeto a marcas y características de cada componente del equipo y cuan completo se lo quiera. Para tener una idea básica, en auriculares se van unos $3.000 o $4.000; de $15.000 a $25.000 en una interfaz de audio; $10.000 a $12.000 en un micrófono; y de $8.000 a $13.000 en un controlador.