Comenzó como un hostigamiento. Primero fue un llamado que Ángel De Brito desatendió de inmediato en la tarde del viernes, sospechando que quizás se trataba de un admirador que había dado con su número de teléfono y le pedía un saludo. Pero luego hubo otra comunicación. Y una más. A la par de la insistencia, el mensaje recibido iba creciendo en su tenor: derivó en amenazas y extorsiones. En caso de negar a corresponder con el saludo requerido, “te vamos a hacer lo mismo que le hicimos a Pampita”, era la intimidación.

El periodista bloqueó el número, creyendo que así todo quedaría resuelto. Lo llamaron entonces desde otro celular, repitiendo la modalidad. “Tenes dos minutos para cumplir”, le avisaban. “Ahora tenés un minuto. Se te agota el tiempo...”. Comprendiendo ahí mismo que la situación no era menor, el conductor de LAM se comunicó con el abogado Martín Leguizamón, quien en estas horas presentará la denuncia en la fiscalía del doctor Horacio Azolín.

“Como hackearon el usuario de WhastApp de Pampita Ardohain, creemos que usaron sus contactos para molestar al grupo de trabajo de su programa. Pero luego usaron otros teléfonos que ella tiene agendados. Así habrían llegado a Ángel”, consideró Leguizamón, ante la consulta de Teleshow. “Él estaba muy preocupado: aunque no parecían graves, eran amenazas al fin. Y lo mejor que puede hacerse en una situación así es presentar una denuncia. Estas prácticas delictivas deben terminar”.

Por consejo de su abogado, De Brito recibió algunos mensajes más para “tener pruebas”. Una vez cumplido el objetivo, el conductor del Cantando 2020 (debutará este lunes) escribió un tuit agradeciendo el veloz asesoramiento de Leguizamón y “la disposición inmediata” de Gustavo Sain, director nacional de Ciberseguridad. Apenas lo publicó en Twitter, los llamados se interrumpieron.

“Ya pudimos identificar los teléfonos desde los que se hicieron las amenazas -anunció Leguizamón-. La gente suele pensar que estas causas concluyen en nada, pero no es así. En otros casos similares que recibimos en el estudio, con Fernando Burlando, hemos llegado a la IP y a la persona que efectuaba las amenazas. Por eso, estoy seguro de que terminaremos identificando a la persona que cometió este accionar delictivo”.

El abogado hace una distinción. Un delito es el acceso ilegítimo a un dispositivo electrónico, la circunstancia que debió enfrentar Pampita en estos días, y otro, el hostigamiento que, al mutar en amenazas y extorsión, se encuadra en el Código Penal; esto le ocurrió a De Brito.

“No le pidieron dinero porque no les dio tiempo -explicó el abogado-. Pero de todos modos celebro que haya efectuado la denuncia porque esto ocurre a diario, y no solo a personas famosas sino a gente común que no suele recurrir a la Justicia. Le pregunté a Ángel si quería avanzar con la causa, y no dudó: ‘Quiero ir hasta el fondo’. Y encontraremos a quien lo hizo”.