Acaban de cumplirse 38 años desde aquel 23 de abril de 1973, cuando -pensando que no durarían ni 15 días- El Sexteto Mayor debutó en la escena porteña. Y es en el marco que regresa a San Juan, para deleitar con esa mezcla de maestría y sensibilidad que se convirtió en una suerte de "apología tanguera" -diría Cadícamo-, que les valió el reconocimiento mundial. Será mañana a las 21.30, en el Auditorio Juan Victoria, donde a puro tango comenzará la temporada 2011 de Mozarteum (entradas $70 general, $40 menores de 25 años).
Ya no estarán allí ni el genial Libertella -fallecido en 2004- ni el maestro Stazo -que en 2005 abandonó la agrupación, dolido por la partida de su entrañable amigo-. Pero sí estará intacto el espíritu del grupo que ambos fundaron. Ese que -casi cuatro décadas después de aquel estreno- se convirtió en un crisol de generaciones atravesadas por la misma pasión: desde Mario Abramovich (81), histórico violín; hasta el joven y talentoso bandoneón de Lautaro Greco, última incorporación.
"La idea desde que murió papá y se fue Luis fue mantener el grupo, su estilo y su riqueza acústica, porque ante las pérdidas podría haber pasado lo que a tantos otros, que terminaron para cualquier lado", comentó a DIARIO DE CUYO Juan José Libertella, hijo de Pepe, quien asumió el manejo de la multipremiada formación (Grammy incluido). Fue él quien también -a modo simbólico- trazó un paralelismo entre las duplas Lennon-McCarteney y Libertella-Stazo, y el que destacó la valiosa presencia de la vieja guardia a la hora de alzar nuevos vuelos, sin cortar las raíces.

