Mañana estrenará en el Teatro del Bicentenario El hombre que perdió su sombra, pieza teatral multipremiada -Premio Hugo a Mejor Musical Infantil, entre otros- que reúne proyecciones, actuación, danza y música en vivo. Y no es exagerado decir que pocas veces se ha visto en una sala local una obra con semejante engranaje, donde todo el equipo debe trabajar de manera perfectamente sincronizada para que se produzca "la magia", como subrayan. Es que lo que la gente ve está íntimamente conectado con un detrás de escena tan o más dinámico y "esencial". Así lo definió en charla con DIARIO DE CUYO Eleonora Comelli, dramaturga y una de las directoras de esta encantadora pieza que creó junto a Johanna Wilhem, que fue seleccionada por el Teatro Nacional Cervantes y se estrenó allí en 2018, tuvo un exitoso paso por Tecnópolis y, en su primer viaje de larga distancia, se verá en la provincia este fin de semana y el lunes (día de funciones accesibles, agotadas), de la mano del Ministerio de Turismo y Cultura. 

"En esta obra conviven varias disciplinas, lo que facilitó la apertura a grandes y chicos, que se emocionan por igual. Y al abarcar esta multiplicidad de sentidos, fue posible hacerla para gente con discapacidad visual y comunidad sorda", comentó Comelli. "Es una obra que tiene una compañía grande, complejidad escenotécnica y puesta en escena muy importante y muy cuidada. Hay que tener el espacio indicado para hacerla y el Bicentenario es un lugar hermoso, donde va muy bien", agregó la también dramaturga. 

Aquí más que nunca, el todo es la suma de las partes. Dos músicos, cinco intérpretes y dos retroproyectoristas interactúan todo el tiempo en vivo sobre el escenario, que está dividido en dos: lo que los espectadores ven delante de la pantalla (o "telón de fondo") y lo que sucede detrás con las sombras. Por ejemplo, el actor que hace de "la sombra" en principio está detrás de la pantalla y como ahí está todo oscuro, se guía por los textos, sonidos y música, para trabajar en sincro con el artista que está del otro lado, frente al público. También atrás y guiándose del mismo modo están las chicas que manejan los dos retroproyectores, entre ellas Wilhem, que hace tiempo trabaja esta técnica que fusiona el antiguo teatro de sombras y el silueteado francés. "El retroproyector es un aparato viejo. Ellas ponen allí sus filminas y proyectan hacia la pantalla. Están todo el tiempo haciéndolo en vivo y los intérpretes interactúan con esas sombras. Es un trabajo muy artesanal, un engranaje que requiere además toda la maquinaria teatral, luces y sonido también", explicó Eleonora, quien hizo referencia a cómo resolvieron el armado y la compaginación de cada elemento. 


"Lo que hicimos fue trabajar todo junto desde el comienzo, esa fue la manera. Todos estuvieron en todos los ensayos, un poco que se fue creando en conjunto, es una obra bastante colectiva. El hombre que perdió su sombra es un gran entramado, un trabajo muy intenso basado en una historia muy bella, que nos ha dado mucha felicidad", añadió sobre esta propuesta para todo público, que desde su debut tomó un vuelo que no habían imaginado.

Con múltiples recursos, la obra está basada en la novela La maravillosa historia de Peter Schlemihl (1814), de Adelbert von Chamisso. A cambio de dinero, Peter vende su sombra a un personaje misterioso. Se hace rico, pero al no tener sombra es rechazado por las personas. Arrepentido, intentará recuperarla.

"Es una obra que ha tenido muchos reconocimientos sin tener un famoso o alguna figura conocida. La obra se empezó a hacer famosa por la obra en sí, por todo lo que implica, así que es una gran satisfacción. Luego se hizo la reposición, con todo vendido; y después la alegría de que funcione también como obra accesible y de llevarla a San Juan para inaugurar esta modalidad, que ojalá sea punta de lanza para otras provincias... Son todas cosas que fuimos ganando sin pensarlas, pero agradeciendo cada camino que vamos haciendo con la obra", valoró la directora. 

DATO

El hombre que perdió su sombra. Sábado 27: 18 y 21 hs. Domingo 28: 18 hs (con intérprete de lengua de señas) y 21 hs. Entradas desde $600 en boletería del TB y tuentrada.com. Presentando certificado único de discapacidad, acceso gratis y 50% del valor del ticket para un acompañante. 

Johanna Wilhelm -codirectora- y Gisela Cukier, al frente de los retroproyectores desde donde manejan calados y siluetas que proyectan a la pantalla.