Tener que padecer un mal tratamiento estético, con serias consecuencias físicas -y emocionales- es terrible para cualquier persona, pero aún más para quienes trabajan con su imagen. Fue el caso de la top model canadiense Linda Evangelista, un ícono de los '90, a quien un tratamiento para reducir grasa deformó casi completamente, "brutalmente" lamentó, dejando serias secuelas con las que todavía hoy sigue lidiando. Desde entonces su vida dio un vuelco y se alejó de todo lo que quiso ser -y había logrado- desde que tenía 12 años de edad. Pero no se rindió. A sus 57 años, tras batallar contra esta "pesadilla" -como calificó todo el "infierno" que vivió- la supermodelo volvió al ruedo: se convirtió nuevamente en tapa de Vogue, famosa revista de moda que la tiene en su portada este mes, el más importante del año para industria; y también regresó a los desfiles, en Nueva York, donde recibió una ovación y el abrazo de famosas colegas como Kate Moss. 


Se la vio muy cuidada, bastante cubierta, sobre todo para la portada de la revista; pero lejos de ocultarlo, lo blanqueó: "Esa no es mi mandíbula ni mi cuello en la vida real. No puedo caminar con cinta adhesiva y elásticos puestos en todas partes", apuntó la estrella, que luego confesó a Vogue: "Estoy tratando de amarme a mí misma tal como soy". Y el mundo fashion volvió a celebrarla, pero ya no solo por su belleza y estilo tan característicos, de los que ha dado sobradas muestras; sino sobre todo por su admirable fortaleza y capacidad para resurgir de las cenizas. 

Looks

Toda una vida dedicada a la moda, Evangelista saltó al estrellato de París con su look garçon, pero en pos de su carrera, ha transitado decenas de estilos.