Altas son las réplicas que genera la serie biográfica sobre Luis Miguel. Sin embargo, hay alguien que no repara en los trapitos que se ventilan en la tira y es Michelle Salas, la hija que "El rey Sol" tuvo con Stephanie Salas hace 31 años, que conoció de pequeña y reconoció en 2008. La rubia, que reside en Madrid, ha preferido seguir concentrada en lo suyo y por ahora se limitó a escribir una ¿casual? frase en Instagram, para que quien quiera leer, lea: "Consejo para ser feliz: no escuches todo lo que te dicen, no creas todo lo que veas y no digas todo lo que sabes". "Esa es mi chica", aplaudió su madre y compañera. Es que su padre poco pintó en la vida de la joven heredera de la dinastía Pinal, que alguna vez dejó en claro que supo abrirse paso sin él y que parece haber asumido la ausencia que le reclamó públicamente en 2005, cuando dijo a la revista Quién que "no le pido una vida, sólo quiero que me dé cinco minutos para que me explique sus razones". Con o sin esa respuesta -no trascendió si la tuvo- la modelo e influencer que estudió diseño en New York, trabajó para grandes marcas y tiene su línea, continúa alumbrando su propio camino tratando de que el brillo de su padre no la encandile.