No hay un rincón vacío en el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson. La creatividad está en el aire y el entusiasmo de los 400 chicos y adolescentes que este año asisten al Vacacionarte, queda plasmada en cada actividad que emprenden en los talleres, que en esta edición son 11.


Es tal la popularidad de la colonia artística que el cupo se agota apenas abren la convocatoria, y en esta edición decidieron ampliar el tope de edad hasta 18 y así sumar a los adolescentes interesados en participar (muchos de ellos comenzaron asistiendo siendo niños).

Concentrados. En el taller de Arte Gráfico los niños trabajaron el concepto de postales bajo la temática del caos.

Lo interesante es que todos hacen todo, porque los grupos -divididos por edades- rotan por los distintos talleres. Las actividades varían de acuerdo a las características del grupo, así que si en el taller de modelaje -uno de los nuevos este año- los más chicos hacen figuras con plastilina, los más grandes trabajan en un guión para luego crear personajes con pasta Das; o en Relatos, los adolescentes son desafiados a crear un meme basado en la obra de Yuyo Noé.

Elongando. En Yoga, los chicos disfrutan descubriendo lo que pueden hacer con su cuerpo. 

En esta edición se decidió abrir al público algunos espacios que no se usaban antes para el Vacacionarte, como por ejemplo la sala de restauración, a la que se accede atravesando los depósitos que resguardan todo lo que no está en exposición actualmente. "Los chicos se fascinan cuando pasan por ahí", compartió Pepa Mariel, Coordinadora del Área Educación del museo.

Lo que se busca es "sensibilizarlos ante el arte, los chicos van naturalizando corrientes artísticas y de vanguardia; es un desafío cómo lo toman los chicos. Nos interesa mucho el proceso más que la obra; el trabajo en grupo, que surja el debate y la reflexión entre ellos", comentó Mariel. De todas maneras durante este mes los chicos también trabajan pensando en la muestra final que será el 2 de marzo.