CORO POLIFÓNICO NACIONAL. Creado en 1967, reúne más de 90 voces. Interpreta obras del repertorio sinfónico-coral, piezas corales de cámara, coros de ópera, entre otras.

Mañana, a través de las redes del Ministerio de Cultura de la Nación y de la Dirección Nacional de Organismos Estables, el Coro Polifónico Nacional realizará un estreno muy especial para San Juan. Desde sus casas, dirigidos por su flamante conductor, el uruguayo Antonio Domenighini -quien fue subdirector en los '80- los más de 90 coreutas grabaron el Himno a Sarmiento compuesto por Leopoldo Corretjer (Barcelona 1862-Buenos Aires 1941), el más difundido a nivel nacional, para honrar la memoria del prócer fallecido el 11 de septiembre de 1888. Se trata de otra valiosa apuesta del coro en medio de la pandemia que golpeó fuerte a las agrupaciones vocales, por las características propias de la actividad; aunque el Polifónico Nacional decidió adaptarse y hacer uso de la tecnología para seguir cantando. De todo esto habló Domenighini con DIARIO DE CUYO.


- Considerando que no es una obra de repertorio coral, ¿qué desafío implica el Himno a Sarmiento para el coro?
- Hay un gran tema con las marchas y los himnos en general. Las partituras son mucho más complicadas vocalmente, están en tonalidades muy incómodas para el pueblo y tienen una cantidad de adornos que nadie conoce, entonces la pregunta es: ¿Respetamos la partitura o lo hacemos como lo canta el pueblo? Si respetamos la partitura, la gente dirá "Pero está mal, no es así"; y si lo hacés como lo canta el pueblo, no coinciden ni los tiempos... Entonces tratamos de respetar lo más que se puede la partitura, sin desvirtuar lo que la gente tiene en el oído, para que pueda reconocerla. Vamos por el lado de las versiones que se hacen en las escuelas... En Uruguay, por ejemplo, fue un lío, porque el coro se rehusaba a cantar en la tonalidad de las escuelas, porque era muy baja, se deslucía la calidad vocal; pero si ponías a cantar al coro como debía ser, para el pueblo era una cosa incantable... esas cosas pasan con este tipo de música. Acá eso ya fue decidido, en el sentido que se adecua el coro a las versiones populares, en modo tal que eso resulte un acompañar y no un "lucir" capacidades vocales, que por otro lado pueden hacerlo cuando interpretan el repertorio clásico polifónico.


- En el país, en general, hay un gusto por los himnos y marchas patrios...
- Es verdad que en nuestros países, porque en Uruguay también, convivimos muy felices con toda esta música. En Europa, por ejemplo, no les interesa, no tienen nada de esto. Viví en Italia veinte años y el pueblo los asocia a cosas negativas, como la guerra o gobiernos totalitarios. Acá se los siente de otra manera y recuerdo que cuando me hice ciudadano argentino, en el '86, uno de los trámites fue cantar el Himno Nacional Argentino; la señora prendió un tocadiscos, puso el Himno y tuvimos que cantarlo. Yo creo, y lo hemos propuesto, que el Polifónico debería hacer un registro de todos los himnos y marchas, porque lo que hay son grabaciones muy viejas; hay que aggiornar todo ese material. Me encantaría, a muchos del coro también y la Sinfónica también lo ve con buenos ojos...


- En la provincia es más cantado el Himno a Sarmiento de Navarro-Colecchia ¿Podremos escucharlo algún día por el Polifónico Nacional?
- Es una buena sugerencia. Personalmente, desde mi uruguayez, conocía este, pero en el caso de realizar este proyecto que menciono, seguramente lo incluiríamos.


- El coro no ha dejado de trabajar, distinto, pero sigue...
- Sí, esto es parte de una serie de trabajos que estamos haciendo desde que se declaró la pandemia y el coro dejó los ensayos presenciales. Junto con Maru Bolatti, de la Dirección Nacional de Organismos Estables, y Andrés Ascenio, que se encarga de los audios, empezamos a trabajar desde casa. El coro está integrado por 94 personas, divididas en sus ocho voces; entonces usamos la siguiente técnica: Yo desde mi casa (NdeR, en Uruguay) dirijo la pieza a interpretar, le mando al pianista el video con mi grabación, él toca bajo mi dirección, luego se lo mandamos a los jefes de cuerdas, que graban un modelo de canto, y se lo pasa a cada integrante del coro para que cada uno desde su casa tenga la grabación. Luego todos esos videos se le mandan al editor, que trabaja en el armado del track musical; y luego va a Bolatti, que se ocupa de las imágenes. Es un gran trabajo, porque además no todos tenemos el mismo conocimiento tecnológico, porque esto también es un tema generacional; y lo anímico tampoco es igual para todos; pero bueno, es la única manera que hemos encontrado -y no somos los únicos- para seguir trabajando, para existir... 

"Hace cuarenta años que dirijo coros y ni en los momentos de mayor fantasía soñé ensayar con un coro por Skype!". Antonio Domenighini


- Los coros se han visto muy afectados, pero algunos consideran que esta modalidad no es una solución...
- Creo que en estos momentos hay que tener una capacidad de frustración importante. Claro que es mucho mejor cantar en vivo, porque es más fácil, porque los sonidos son genuinos; y todo lo electrónico, informático, suena un poco a falso a nuestros oídos. Yo también pasé por esa etapa de decir "No, esto no es posible, no va a funcionar", pero esta es la situación que tenemos en Argentina y amenaza ocupar todo el año, por lo menos en Buenos Aires; y uno no puede desaparecer. Somos cuerpos estables, nos están pagando un sueldo completo, entonces lo mínimo que podemos hacer es buscar una manera de estar presentes y de responder. El canto es una de las actividades que más contagio puede producir, así que hay que buscar alternativas para seguir, no te podés poner a decir tan exquisitamente "Sí, pero el sonido...". Sí, es mejor el vivo, es verdad lo que dicen, no se lo están inventando, pero no se puede, ¡¿qué vamos a hacer?! También estuvo la idea de poner grabaciones que se hicieron otrora, pero esto tiene el valor de que estás confinado pero tratando de poner lo tuyo de la mejor manera posible...


- ¡Qué manera de debutar al frente del Polifónico!
- (Risas) Desde que me nombraron este año Director estuvimos veinte días en vivo; y un día nos levantamos y nos dijeron "no pueden ir más a la sala" y ahí automáticamente cayó todo, giras, conciertos, ensayos, planes... Ahora estamos armando varios planes posibles, que en realidad son pruebas porque nadie sabe qué va a pasar, y tampoco sabemos si van a funcionar. La planificación es: todo puede ser para acá...O todo puede ser para allá.


- Todo es "ensayo y error", todo es nuevo, para todos...
- Jamás me soñé esto. Hace cuarenta años que dirijo coros ¡y ni en los momentos de mayor fantasía soñé ensayar con un coro por Skype! Y acá estamos, ¡lo estamos haciendo! Pero, y esto es algo que digo todos los días, lo importante es poder tener la altura mental para intentarlo y cuando no es por ese lado, buscar otro. Hemos hecho muchas pruebas y seguimos haciendo, buscándole la vuelta para que el Coro Polifónico siga cantando, siga presente en las redes; para que la gente, que es en realidad la que mantiene a estos organismos con sus impuestos, vea que hay una actitud positiva de seguir, en la medida en que se pueda y permita...


- Paradójicamente, la música -y el arte en general- tiene un rol importante en medio de todo esto...
- Eso es una cosa interesante para meditar. Sí, la música ha sido el bastón en esta pandemia, en todas sus manifestaciones. La gente aprecia mucho cuando hacemos cosas y te lo dice... Así que seguiremos trabajando, planeando y continuaremos con las fechas importantes: como ahora es Sarmiento en octubre será Guastavino y en noviembre Beethoven. Seguiremos acompañando, en esta nueva modalidad, de la mejor manera posible.