El invierno finalmente llegó. El hielo y el fuego medirán fuerzas. El ejército de los muertos pondrá en jaque al de los vivos. La batalla final comienza hoy en HBO con el estreno de la octava temporada de Game of Thrones, una de las más costosas series de la televisión, basada en la saga de George R.R. Martin. Tiene miles de seguidores alrededor del mundo y su regreso ha generado gran expectativa; en San Juan, por ejemplo, varios bares emitirán en pantalla grande el capítulo de esta noche.


Pasó un año y ocho meses desde el último episodio de la temporada 7, vale la pena recordar cómo quedaron los personajes de este drama medieval de fantasía estrenado el 17 de abril de 2011. Algo que parecía imposible se vuelve real cuando en los últimos instantes de la temporada anterior un dragón zombie -que ahora comanda el rey de la noche- derrite la única protección que tenía Westeros de los caminantes blancos, que como una horda imparable avanzan hacia el territorio que defendía la Guardia de la noche. 


Tras confirmar que tienen un enemigo en común, Daenerys (Emilia Clarke) decide unirse a Jon Snow (Kit Harington) para eliminar la amenaza en el norte, aunque sin perder de vista su objetivo de liderar los Siete reinos. Cersei sigue firme en su decisión de conservar para los Lannister el reinado de Westeros, pero tendrá que ver marchar a su hermano-amante Jamie (Nikolaj Coster-Waldau) quien se rehusa a traicionar la promesa que hicieron y decide luchar contra la amenaza en el norte.


El episodio que se verá hoy transcurre en Winterfell, hasta donde llega Daenerys con sus dragones y ejército marchando junto a Jon Snow, que ahora que tiene la sangre de los dragones corriendo por sus venas, ¿cómo tomarán las hermanas Stark la nueva alianza de Jon con Daenerys? ¿Cuándo se enterará Jon de su verdadera procedencia? Su verdadero origen queda expuesto en la temporada 7 cuando Bran Stark (Isaac Hempstead-Wright) que ahora es el Cuervo de tres ojos, termina de entender sus visiones que le muestran el nacimiento del hijo de su tía Lyanna Stark.


Games of thrones no sólo cosechó premios, sino leales espectadores que hoy comenzarán a sentir la nostalgia de vivir sin estos personajes. ¿Quién sobrevivirá? ¿Quién ocupará el trono?, preguntas que encontrarán respuesta en las próximas semanas. El final está cerca, sólo resta disfrutar el camino. 

RODAJE SECRETO

 

  • Espionaje aéreo

La producción intentó por todos los medios evitar la filtración de información del rodaje de la temporada final de GOT. Por eso cuando filmaron en locaciones al aire libre, HBO contrató un servicio antidrones, que los detectaba a la distancia y los deshabilitaba para evitar que sobrevolaran el set consiguiendo alguna pista de las nuevas escenas.

  • Contra las filtraciones

El presidente de HBO, Casey Bloys, confesó que se rodaron varios finales alternativos para confundir a los extras y personal técnico. Además, para aumentar la seguridad sobre lo que se filmaba, a los actores no se daba el guión en papel, sino en dispositivos sin conexión a Internet, o en una app donde se borraban a las 24 hs. En algunas escenas llegaron a dictarles los diálogos.

  • Curiosos al acecho

Aunque tomaron todas las precauciones, la producción no pudo evitar que los vecinos de los lugares donde filmaban filtraran algo de la acción en curso. Así durante los últimos meses se dijo que pudieron ver el trono de hierro entre escombros humeantes; o reportaran varias noches con llamaradas de fuego en la escena de Winterfell.

  • Un final nuevo

La urgencia de la televisión -aun cuando la producción de GOT se tomó su tiempo- no pudo esperar que George RR Martin terminará el último libro de la saga Canción de hielo y fuego, Vientos de invierno; por lo que los creadores de la serie David Benioff y D. B. Weiss decidieron escribir ellos mismos el final, que seguramente será distinto al que imagine el autor.

  • Secuencia histórica

La batalla de Winterfell que contiene esta temporada, es la más ambiciosa y épica de toda la historia. Asegura que es la secuencia de batalla consecutiva más larga jamás filmada. En su producción estuvieron involucrados 750 personas, quienes trabajaron toda la noche por 11 semanas consecutivas en una zona rural y con temperaturas bajo cero.