Issur Danielovitch Demsky, conocido mundialmente como Kirk Douglas, fue uno de los actores que marcó a fuego la época dorada del cine norteamericano. La Academia de Hollywood, los grandes estudios y productoras; actores, directores, artistas y demás profesionales de la industria, expresaron su conmoción por la partida de una de las últimas leyendas vivientes. A pesar que en su carrera obtuvo tres nominaciones a los Oscar, jamás fue premiado, sin embargo, en 1996 le fue otorgada una estatuilla honorífica a su trayectoria. 

Aunque le dijo adiós al mundo de los vivos a sus 103 años, en la memoria y en la cultura popular quedó eternizado en más de 80 films. De los cuales pueden destacarse cinco títulos fundamentales para apreciar en profundidad su carrera artística. En El ídolo de barro (Champion, 1949), su primer papel estelar, Kirk otorgó a su personaje de una gran intensidad en una historia que denunciaba el juego sucio del boxeo. Ulyses (Ulysses, 1954): en ella, encarnó al héroe homérico en una soberbia actuación dando lo mejor del péplum italiano. El loco del Pelo Rojo (Lust for life, 1956): en el papel de Vincent Van Gogh, plasmaba la desgarrada personalidad del protagonista, tanto en la dimensión estética como anímica. Senderos de Gloria (Paths of glory, 1957): en la obra maestra de Stanley Kubrick, ambientada en la Primera Guerra Mundial, su personaje Dax es el único mando militar que demuestra humanidad y lealtad con su tropa hasta el final. Espartaco (Spartacus, 1960): Su papel cumbre. Siempre será recordado como el gladiador-esclavo que dirigió la rebelión más importante contra la República Romana. Una de las escenas más conmovedoras cuando los esclavos derrotados, uno detrás de otro, se levantan y confiesan: "Yo soy Espartaco". La rebeldía de su personaje la trasladó a la vida real, cuando incluyó en los créditos de la película al guionista Dalton Trumbo, una de las tantas víctimas de la "caza de brujas", impuesto por el macartismo del gobierno norteamericano que prohibía a los artistas (en listas negras) de Hollywood. Las palabras que su hijo Michael Douglas, dedicadas a su memoria, al poco tiempo de fallecer fueron: "Para el mundo, fue una leyenda, un actor de la edad dorada del cine (…), un ser caritativo cuyo compromiso con la justicia y las causas en la que creyó sentaron un estándar al que aspirar todos. Pero para mí y mis hermanos era simplemente papá".

El ídolo de barro. Es Midge Kelly, cuyo papel de boxeador, logró su primera nominación al Oscar.

 

El loco del Pelo Rojo. Como Vincent Van Gogh, le valió el Globo de Oro al mejor actor dramático. 

 

Senderos de Gloria. Encarna a un coronel con una marcada crítica antibelicista.

 

Ulyses. Fue la película más taquillera de su época y considerada la consagración del péplum italiano.