"Bueno, soy mago, ¿no?", expresó entre risas el rosarino Richard Massone -la estrella del ilusionismo en el Circo Tihany que hará su debut en la provincia el viernes 15 en el Estadio Abierto Parque de Mayo- para explicar a DIARIO DE CUYO cómo se desdobla para hacer las últimas actuaciones en San Luis, viajar a su ciudad natal a visitar a la familia y preparar el aterrizaje en San Juan. Pero era una broma, porque después comentó que en la producción hay otros dos magos que hacen el mismo show, "truquito" que le permite tomarse unos días.


- Es el mago y director del circo, una figura de peso bajo la carpa...


- Estoy por cumplir 37 años acá; 15 como director general. Es complicado. Cuando ven lo que hacemos, los colegas me dicen: "Ustedes están locos". Es que hacemos todo, desde armar la tierra hasta el techo, esto es mucho más que un circo, es un teatro, una sala con techo de carpa. Un show parecido a los de Las Vegas con un concepto diferente, que rescata el circo contemporáneo con actos elegidos en el Festival de Montecarlo o en los de Europa.


- ¿Cómo adquiere un nuevo cuadro?


- Contratamos el acto completo con artistas y todo, amalgamado, depurado y probado. Nuestras raíces están en Brasil pero hace 30 años tenemos las bases en Estados Unidos, primero en Sarasota, la ciudad de los circos; y luego en Las Vegas hace 25 años, la meca del showbusiness.


- ¿Cuánto dura una gira?


- Tenemos entre 15 o 20 años para dar la vuelta. El show que presentamos, que es Abrakadabra, lo inauguramos hace una década y nos falta Mendoza, Chile, Perú...


- ¿Es fundamental la magia?


- El ilusionismo es el eje central de este espectáculo, históricamente, desde que fue creado hace 62 años. Su fundador, el gran Tihany, era ilusionista, entonces hizo su carpa para eso.


- ¿Cómo llegó este conocimiento a su vida?


- La magia siempre estuvo conmigo. Desde muy niñito mi entretenimiento fue hacer trucos y a los 9 años conocí el circo Tihany. Mi abuelita todos los domingos me llevaba al cine pero una vez dijo: "Hoy vamos a ir a un circo que es de magia". Corría el año 1963 y conocí a Tihany, en esa época era un personaje sobrenatural, no existía David Copperfield ni ningún otro referente. Cuando vi lo que hacía, me dije "definitivamente quiero ser como él".


- ¿En ese momento decidió su destino?


- Se reafirmó. Yo jugaba a hacer magia con bolitas, monedas, alguna cajita con pañuelos... Hasta ese día yo jugaba a ser mago, pero eso me decidió a serlo de verdad.


- ¿De qué manera se perfeccionó?


- Cuando se hizo un hobbie me empecé a informar con libros que me traían parientes y amigos de Buenos Aires, me vinculé con otros magos y aprendí de manera autodidacta. No existen escuelas de magia como en la película Harry Potter. Con 15 o 16 años, ya era profesional y hacía actuaciones en todo Rosario. A los 26 años, les dije a mis padres que quería viajar en busca de un futuro mágico, porque ya había hecho un montón de cosas y quería más.


- ¿Cómo tomaron su determinación?


- Siempre me apoyaron porque pensaban que era un juego y yo estudié hasta terminar el secundario. Pero irme del país fue duro para ellos, hasta que me vieron feliz. Fui a Sao Paulo donde había probado una pequeña temporada y me había ido bien.


- ¿Cómo fue su conexión con Tihany?


- En una cena show, después de 2 o 3 años, él fue a verme y me invitó a ir a su circo por 15 días para trabajar, ya que había sido invitado como presidente del jurado del Festival Internacional de Magia de Mónaco, que hoy lleva 26 ediciones y entrega el Clown de Oro. ¡No lo podía creer! Cuando volvió de Mónaco, me propuso quedarme. Se hizo realidad un sueño...


- ¿Qué debe tener un mago además de habilidad?


- Detrás de un mago hay un actor que usa técnicas, aparatos y una representación que se aprende con los años. Siempre decimos "no hay trucos malos", los hay bien o mal representados, ahí está la llave del éxito. Hay que conocer de arte escénico y cómo transmitir la manera de hacer posible lo imposible, la fantasía en realidad o la realidad en fantasía.


- Y saber aplicar la tecnología...


- Siempre que la tecnología no pase por arriba. Hay que tener cuidado. Si se nota, deja de ser magia, se acaba el arte.


- ¿Hubo algún número que no le salió?


- A veces alguna cosa pasa, pero sabemos cómo darle la vuelta. Me acuerdo que hace bastante hacía la aparición y desaparición de un caballo blanco; la aparición fue perfecta con coreografía de bailarines y todo, pero en su desaparición quedaron los pelos de la cola en el fondo del escenario, parecía un plumero de escenografía (risas). Claro que hay anécdotas vergonzosas, mejor dicho, un poquito más evidentes, como un descubrimiento que se produce antes de lo previsto, por ejemplo. Pero los años, la experiencia y tener gente talentosa y responsable, ayuda mucho.


- ¿Siempre busca superarse?


- Uno está siempre a la pesca de algo. Como un niño empiezo a ver cómo puede hacerse un efecto y cómo resolverlo.


- ¿Qué ve frente al espejo?


- Muchos años de magia. Que con 65 años todavía estoy vigente y creo que haciendo un buen papel. Que me respetan. ¡Es muy difícil cumplir tantos años de trayectoria! ¡Hay que estar!


- ¿Tiene hijos que continúen su legado?


- No tienen nada que ver; una es médica y la otra es administradora inmobiliaria. En mi familia tampoco hay artistas, fui la oveja negra o la mosca blanca, como prefieran decirme.



Funciones y precios


El circo estrenará el próximo viernes 15 en el Estadio Abierto Parque de Mayo a las 20,30. Las funciones serán el lunes 18 a las 20.30, martes a jueves a las 20.30, viernes y sábados a las 17 y 20.30, domingos y feriados a las 16 y 19. Las entradas van desde $180 a $570, online en fullticket.com (con una tasa del 10%) o en plaza de alimentos del Shopping Paseo Libertad y en boletería (los niños pagan a partir de los 2 años, discapacitados gratis con certificado).