Cuando hace un par de años concretaban su ópera prima en desierto sanjuanino, Valeria Pivato y Cecilia Atán -las directoras- quizás ni imaginaban lo que vivirían poco tiempo después. Aunque estaban convencidas de la historia que querían contar y de cómo hacerlo, habían capitalizado años de trabajo junto a apellidos clave de la industria -desde Salles a Babenco, pasando por Mignona, Campanella, Trapero y Agresti, por citar algunos- y supieron armar equipos en los que pudieron respaldarse, trabajar a varios cientos de kilómetros de donde atiende Dios fue una tarea dura. Sin embargo hoy, cuando finalmente “La novia del desierto” estrena en este San Juan que la vio nacer, ambas pueden contar mucho más que lo difícil que puede resultar embarcarse en una producción cinematográfica, con los medios justos y locaciones reales lejos de casa. Podrán dar fe de los frutos que resultan no sólo de astros alineados, sino del trabajo bien hecho. Coproducción argentino-chilena protagonizada por la actriz trasandina Paulina García y el argentino Claudio Ricci, el film debutó con el pie derecho en Europa el año pasado. Aunque no ganó, gozó de excelente recepción en la 70ma edición de Cannes, donde fue nominado en las secciones Una cierta mirada (la segunda más importante del Festival, que destaca la innovación y los nuevos talentos, entonces presidida por Uma Thurman) y Cámara de Oro (para óperas primas); uno de los picos que ha transitado hasta el momento. Tránsito que incluye laureles en Perú, España y Cuba; otra nominación en los Premios Platino de México y seis principales candidaturas en Cóndor de Plata, que la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina revelará en agosto.
“Desde que se estrenó, el recorrido que sigue haciendo a nivel internacional no deja de sorprendernos. Es una película que genera algo muy lindo y es que, básicamente, tiene que ver con que es una película esperanzadora”, dice a DIARIO DE CUYO Valeria. “El arco que empieza con una circunstancia dramática y que termina en un lugar luminoso hizo que se desmarcara. En general, en estos tiempos ásperos, no hay tantas películas que toquen la fibra de la esperanza. Creo que es la gran fortaleza, además de obra en sí”, agregó Cecilia sobre esta suerte de road-movie centrada en Teresa, una mujer de 54 años, empleada doméstica en Buenos Aires. Cuando la familia decide vender la casa donde trabaja, y sin otra alternativa, acepta un trabajo en San Juan. En la primera parada, el santuario de la Difunta Correa, le roban su bolso con lo poco que tiene. La situación la llevará a atravesar el desierto junto al Gringo, un desconocido. Y una realidad que parece el fin de todo, no será más que el principio.
- Para agendar
La novia del desierto se verá hoy a las 21 hs en la Sala Auditorio del Teatro del Bicentenario, con entrada libre y gratuita; y el miércoles 11 a las 22 en el Cine-Teatro Municipal de Capital, con una entrada general de $30 y $15 para estudiantes y jubilados.
El mito de la Difunta Correa, que conocían y en el que se adentraron, se convierte en el marco de la historia. “Nos dimos cuenta que había algo entre Teresa y la Difunta que hacía contacto”, agregó Valeria; al tiempo que su coequiper marcó el carácter que los paisajes sanjuaninos le imprimen al film, que contó con una veintena de actores locales y más de cincuenta extras, además de un equipo de producción comandado por Florencia Poblete; a quienes refieren con profundo agradecimiento.
“Otro factor que hace al recorrido que tiene la película es su matiz universal. Es una historia que básicamente le puede pasar a cualquiera y que tiene que ver con redescubrirse. El cine latinoamericano está catalogado como con foco en lo social, y está muy bien porque ese es el contexto de Latinoamérica hoy; pero nuestra película, aunque de algún modo lo refleje, tiene como condimento eso de salir del cine con ganas de vivir, con creer que una segunda oportunidad es siempre posible”, acota Valeria. “Un paisaje, personajes, una historia, un universo que es universal; pero que al mismo tiempo somos nosotros, es San Juan, es nuestro país”, agregó Cecilia sobre esta pequeña aldea del mundo del cine, que ya se puede disfrutar en la gran pantalla.