Hubo un tiempo en el que la música folklórica cuyana era escuchada en todo el país, gracias a la labor y prédica que hizo Buenaventura Luna con la Tropilla de Huachi Pampa en Radio El Mundo entre los años '30 y '40. Los años pasaron y la tendencia cambió radicalmente. En las últimas décadas, desde la irrupción de Soledad, El Chaqueño y Los Nocheros -por citar ejemplos- los grandes festivales musicales como Cosquín y Jesús María se amoldaron a un paradigma que propone una fuerte presencia de los ritmos norteños (la chacarera, la zamba o el carnaval). La música cuyana quedó relegada a un plano secundario de la mano del "mainstream" de medios de comunicación y de los propios programadores de grandes espectáculos. Tomando como puntapié el Día Internacional del Folklore y el Día del Folklore Argentino, que se celebran hoy; y también el Día del Cantor Cuyano, el pasado 19 de agosto, DIARIO DE CUYO dialogó con un puñado de referentes de la música sanjuanina sobre por qué lo cuyano corre con desventaja en las grandes vidrieras musicales. Las miradas son variadas.


La mayoría de los consultados como Gustavo Troncozo, Javier Lucero, Goku Illanes, Héctor Olivera, Abelino Cantos, Susana Castro aseguran que el género está en permanente renovación artística, con voces, autores, composiciones y hasta arreglos que dan un aire fresco a la tonada, a la cueca, al vals y al gato -con la incorporación de instrumentos ajenos a los tradicionales incluso- por lo que no se trataría simplemente de "aggiornarse".


"Lamentablemente, parece que el folklore cuyano está destinado a ser algo regional. Hay que dar un cambio radical, pero para eso hay que saber de dónde somos y conocer más quiénes somos", expresó Pelufo Barboza, un histórico exponente de la música cuyana, quien admitió que "hay voces nuevas que se han inclinado por tocar música norteña y tienen cierto miedo a la hora de hacer tonadas en un gran escenario". Y fue por más: "Tenemos en nuestra historia muy buenos autores, pero son pocos los que lo trabajan. En Cosquín no podés tener miedo en decir de dónde sos o ponerte a cantar 'Chiquitita' de ABBA. No se entiende por qué no se lleva lo que te identifica como cultura musical y eso que tenemos muy buenas poesías para difundir", sentenció el integrante del Dúo Mínguez-Barboza, que llevó a lo alto a la música local en Cosquín.


Troncozo agregó que la industria musical también es parte del problema: "Lo intenté de todas formas posibles. De los 90 hasta ahora, hubo un bloqueo comercial con la música cuyana. Los empresarios decían que nuestra música no puede venderse a nadie. Pero, la presencia cultural de la música cuyana es muy fuerte en muchas partes del país, a pesar de tener la industria musical en contra. Los propios músicos de afuera, cuando vienen, quieren aprender a tocar tonadas y gatos", señaló; y destacó: "Hay que seguir produciendo, pero no estar pendiente de sacar algo ligero para ver que te den bola. Dicen que no hay mercado para lo cuyano, es mentira. ¿Cómo Labriegos puede copar un estadio con 3 mil personas para una peña?", indicó el cantautor. Además, sostuvo que se necesita contar no sólo con la ayuda de una política estatal que promocione, sino también con una buena campaña de prensa con la existencia de una agencia o empresas que estén "convencidas" para apostar e invertir en la producción musical sanjuanina.

  • Pelufo Barboza

"Sabemos que estamos en desventaja porque en Cosquín la gente quiere divertirse y si le cantás una tonada, puede quedar como lenta o romántica. Pero tenemos autores excepcionales y mucho material para ofrecer. Competir a nivel nacional creo que se puede".
 

  • Abelino Cantos

"Debemos ordenar nuestra casa primero. Los grandes festivales locales deben darle a los folkloristas el lugar que merecen para progresar, en lo técnico y en presentación. La tonada seguirá viviendo por años, pero sin ganar una moneda".
 

  • Javier Lucero

"Es saludable que el folklore local tenga nuevas caras y compositores que le dan dinamismo. Es necesario canciones que hablen de nuestra identidad. Hay mucho terreno fértil para eso y hay gente que prefiere lo cuyano por mantenerse puro".

  • Gustavo Troncozo

"Tenemos materia prima artística de primera (guitarristas, arregladores y poetas). Considero a la música cuyana muy activa y debería potenciarse mejor desde lo económico. Es una de las más ricas y antiguas en contenido en Latinoamérica".

  • Héctor Olivera

"Es necesaria una proyección a los grandes escenarios del país. Se necesitan políticas culturales serias y de un público comprometido con sus artistas. No debemos conformarnos con las fronteras y hay que salir a conquistar todos los festivales".

  • Goku Illanes

"La escena cambió tanto que está abierto para cualquier propuesta. La canción cuando esté bien tocada y bien interpretada, trasciende siempre. Creo que la diferencia está en quién consume y por qué canal se transmita. El intérprete debe estar compretido y saber legitimar su trabajo".

  • Susana Castro

"Hay que pensar en la difusión desde las nuevas tecnologías. Prefiero que el sonido no se renueve, sino que sea envasado en origen para que no se destruya, soy partidaria de no aggiornar con instrumentos que no suman. Si querés hacer música cuyana, hay que saber vender e invertir".

  • Marta Lloveras

"Hay conjuntos nuevos pero están sin difusión. Necesitan asistencia de la provincia. Esto es histórico, desde la década del '60, siempre faltó apoyo local. Si no fuera por representantes nacionales no podíamos haber llegado. Siempre costó entrar a un gran espectáculo".

El origen del Día del Folklore


Todos los 22 de agosto se celebra en el mundo el Día Internacional del Folklore y en Argentina, además, se conmemora el Día del Folklore Argentino. El motivo se dio en primer lugar por el arqueólogo inglés William John Thoms quien usó por primera vez la palabra "folklor", el 22 de agosto de 1846, en un escrito publicado en la revista The Athenaeum de Londres. El concepto deriva de "folk" (pueblo, gente, raza) y de "lore" (saber, ciencia), y se conjuga como el "saber popular". Por otro lado, el 22 de agosto de 1960 se realizó en Buenos Aires el Primer Congreso Internacional de Folklore. Presidido por el prestigioso folklorólogo salteño Augusto Raúl Cortázar, el Congreso reunió a representantes de 30 países quienes instauraron el 22 de agosto como el Día del Folklore. La celebración coincide con el nacimiento de Juan Bautista Ambrosetti (1865-1917), el etnólogo, arqueólogo, historiador, proclamado el "padre de la ciencia folklórica argentina", por ser un pionero en realizar trabajos de exploración arqueológica y en dedicarse a estudios sistemáticos del folklore nacional.