Cuando se abren las puertas de Magiqum, la diversión y la magia van de la mano. Cualquiera, sea adulto, adolescente o niño, pueden disfrutar de un momento agradable, donde la imaginación pasa a ser el principal instrumento para vivir experiencias entretenidas. En la primera etapa de este paseo -completamente sanjuanino- se pueden encontrar libros y otros objetos que parecieran cobrar vida propia. Y algo similar sucede con una galería de cuadros, que a más de uno puede causarle cierta impresión. Un tablero de ajedrez con piezas en forma de hechiceros y magos, muy pintoresco y una dama de llaves, la bruja Maribelle (interpretada por la actriz local Noelia Escales) dan la bienvenida a los invitados para conocer este lugar encantado.

Para entrar a Magiqum, las entradas cuestan $150 y pueden adquirirse en la boletería (España 70 sur) y en Farmacias Echegaray, Drugstore (Av. Libertador 1345) y en www.masticket.com.ar. Todos los días en tres funciones a las 15, a las 17 y a las 19.


El ambiente con aromas a incienso y mirra brinda su toque a una atmósfera oscura e intrigante. Al abrir una cortina se encienden las luces del escenario y un simpático ogro Torso, que con sus travesuras se pone a preparar y limpiar torpemente la plataforma para recibir al Mago Mauricio Álvarez, quien está a cargo del show principal. Con oficio, pone en movimiento desopilantes trucos, desde hacer aparecer huevos de dragón en los bolsillos del público, hasta lograr desaparecer por completo a su ayudante Pipi. Con los chicos hay un juego permanente, donde los trucos de magia con cartas y varitas mágicas crean sorprendentes momentos. Además, las pociones y encantamientos quedan a la mano de los propios espectadores para sentir la magia por un instante y tener el control de ella. 


Después del espectáculo temático, viene el tercer sector, el Callejón de los Dragones, donde los asistentes pueden aprender trucos, maquillarse y adquirir varitas mágicas al estilo de Harry Potter para llevarse como souvenir. En el Salón de las Pócimas, un espacio contiguo, los chicos se caracterizan como verdaderos aprendices de magos y sacan las típicas fotos para compartir en las redes sociales. El paseo remata en un extenso comedor para quien quiera adquirir una merienda y además, mesas para jugar al Ta-Te-Ti. Un 'lugar encantado' donde el requisito especial es dejarse llevar y que fluya también la magia que uno lleva dentro.

(Fotos Mariano Arias)