Hacen circo contemporáneo, como se llama en general a este arte para diferenciarlo del que se desarrolla bajo la carpa; y porque tampoco es el "del semáforo" aun cuando dos de sus integrantes sí lo practican. Andrea Rivero, Andrea García, Candela Bartol y Florencia Galeote integran "El Circo flayante" un proyecto que empezó a hacer las primeras piruetas hace unos cinco años en el Parque de Mayo, con distintas integrantes animadas por Pamela Silva, quien falleció hace un par de años pero que sigue siendo una fuerte presencia entre las chicas. Justamente se destacan por ser el único grupo exclusivamente femenino en la provincia; y coinciden que eso genera "una energía diferente"; y que llama la atención en el público ver "tantas mujeres juntas". Pero al contrario de lo que se pudiera pensar, no se sienten discriminadas por sus colegas varones, al contrario. 


"Nos da una fuerza diferente porque somos pioneras en esto del circo solo de mujeres" dijo Flor, para quien la única diferencia con grupos mixtos o masculino es que ellas son más nuevas que los varones que conocen, que tienen más años practicando. "Pero ya a esta altura estamos iguales" expresó la joven que tiene 28 años y hace visuales con aros. "La fuerza femenina genera algo hermoso. Algo muy fuerte, que no se puede explicar con palabras, la gente se da cuenta de eso. En un espectáculo se ve, se siente esa unión. Nos define un montón aseguró Cande, que se especializa en acrobacias aéreas, tiene 20 años y está por recibirse de profesora de Educación física. 


Para Rivero, lo que sucede es que está muy arraigado "el concepto del circo tradicional, donde tiene más peso el hombre que la mujer, más allá de que la mujer tenga más destreza en muchos casos. Existe el machismo, pero nosotras no nos sentimos así, nos fuimos dando un lugar" aseguró. 


El prejuicio es algo con lo que sí tienen que lidiar. Dicen que, aunque está cada vez más aceptado el circo como espectáculo, las artes circenses en la calle, precisamente en los semáforos, no son bien vistas e incluso quienes las practican han sufrido algunas "detenciones". Para Flor el preconcepto de la gente también es diferente si quien está actuando en un cruce de calles es una chica: "Lo social cuesta más. Yo personalmente también hago semáforo y a veces no es lo mismo que un hombre esté trabajando a que sea una mujer en el semáforo. En los escenarios, en cambio y por suerte, hombre o mujer es igual". 


La vida personal de estas jóvenes artistas no escapa a la organización cotidiana y la maternidad también es un tópico a tener en cuenta cuando tres de las cuatro son madres. De hecho, varias veces han sumado a sus hijos a la tarea, ya sea en escena o acompañándolas. Como Andrea "Minu" García, que es la presentadora del grupo y su hijo ha participado en varias ocasiones de las funciones. "Hoy tiene 10, tenía 5 cuando comenzó a sumarse, era muy hermoso, se desenvolvía un montón, el presentaba conmigo y también hacía hula hula. Es muy carismático" contó. "Como artista ser madre no me cambia porque tengo el apoyo de mi familia para la crianza y me facilita un montón" comentó Flor, que, no obstante, contó que llevó a su bebé de meses cuando hacía números en el semáforo y el tiempo lo permitía.


Para Andrea Rivero la maternidad implicó barajar de nuevo. "Justo me tocó ser madre en tiempo de cuarentena. Mi cuerpo cambió también producto de este proceso. Es como retomar de cero y hay que adaptarse a esta forma de vida. Pero sin dejar de lado el circo que es una actividad fundamental", señaló.


El Circo flayante, con el que pudieron estar este año en el Verano Cultural y con una de las giras del INT en marzo, las contiene como espacio de trabajo y de desarrollo personal. Le ponen mucho corazón y esfuerzo, entrenan varios días a la semana para perfeccionarse. Actualmente el Ferrorubanístico, donde funciona el taller de circo dentro del programa "Espacios compartidos", es el lugar de encuentro y entrenamiento del grupo, que se llama así por un neologismo muy usado en San Juan, que ellas adaptaron. "Jugamos con +flashear+ y le pusimos la "Y" para que suene más sanjua, sentíamos que queríamos hacer "flashear" a la gente con nuestras presentaciones, trasladarlos a algo mágico, el mundo del circo" aseguró Rivero, que tiene 30 años y hace hula hula, pero empezó haciendo "swing" (malabares) con fuego y banderas.


Las cuatro hablan con pasión de lo que hacen; y Cande lo resume: "El circo es amor, disciplina, familia, compañerismo y también me acompañó en mi crecimiento personal. El circo es mi psicólogo, mi terapeuta. Me ayudó a profundizar valores, no es sólo destreza".


Por estos días, las chicas de El Circo flayante preparan una varieté en Mamadera, con fecha a confirmar, que tendrá un mensaje de género, ya que hablará de la lucha femenina. Mientras tanto, también miran al país, apoyando los intentos de que sea creado un instituto como el del teatro, que apoye a los artistas para que el arte circense que abrazaron siga ganando espacios. 

ELLAS DICEN



Andrea Rivero

"Cuando yo empecé no éramos muchos, era otra la historia. Ahora hay más aceptación, se difunde más lo que es, pero en aquel momento era duro, incluso a mi familia me daba vergüenza decirle que hacía malabares en el semáforo y que eso era un sustento para mí, que era un trabajo".



Candela Bartol

Estuve en el circo Montreal en 2018 cuando tenía 17 años, estuve tres semanas haciendo acrobacia aérea en lira. Fue algo increíble, una experiencia que no me olvidaré más. Estar en altura, vestida de brillos, es sonreír todo el tiempo... es diferente a lo que hacemos nosotras". 



Florencia Galeone

"Cuesta la mirada social. Lo veo en la gente que pasa en el semáforo donde yo he trabajado mucho tiempo, a veces incluso algún tiempo llevé a mi hijo de meses, -hay muchas mujeres que los llevan- hay una mirada distinta si sos mujer que si sos hombre trabajando ahí". 



Andrea "Minu" García 

"Pasa que la gente nos ve mal cuando decimos que hacemos circo, creen que es lo que se hace en el semáforo y no es así. Hacemos circo callejero, pero vamos a un lugar y colgamos nuestro telón, estamos en una plaza, en un merendero o una escuela cuando ven eso, piensan distinto".