FOTOS: Marcos Urisa 

"El concierto fue excelente. No fue el último encuentro, voy a regresar de otra forma. Un director debería dirigir por servir a la música y no debería hacerlo por su propio egoísmo" dijo a DIARIO DE CUYO el maestro Emmanuel Siffert sobre su sensación tras su última vez como director estable de la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, el viernes en el Auditorio Juan Victoria. En la sala se respiraba un aire distinto, como de homenaje. Fue un concierto especial para todos, incluso para el público que aplaudió cálidamente al director, a quien le entregaron un ramo de flores y también un poncho sanjuanino (de manos de la secretaria de Cultura, Virginia Agote). 


Muy pocos hubiesen podido vaticinar en 2013, cuando llegó, que el nuevo director se quedaría ocho años en San Juan y que se convertiría en uno de los conductores más prolíficos y queridos que tendría la Orquesta Sinfónica de la UNSJ, a la que llevó un escalón más arriba. La noticia de la partida era algo que los músicos sabían desde febrero y que DIARIO DE CUYO también había anticipado, aunque el conductor suizo siempre pedía mantener en reserva el dato, hasta que se concretara su salida. A principio de este año ganó el concurso para ser director titular de la Orquesta de Cámara de Chile, cargo que aún no ocupa por razones administrativas, contó, y por eso permaneció el 2021 aquí. El año de inactividad por la pandemia quizás fue también un parate que le sirvió para repensar el curso de su carrera. 


Ahora, ya con las valijas listas, Siffert accedió a explayarse sobre su salida y sobre cómo deja a la Orquesta. El Maestro habla con convicción de haber cumplido su misión y considera como materia pendiente que el cuerpo amplíe su fila de cuerdas.


"La Orquesta está a un nivel más alto que cuando llegué, tiene su sonido definido. Yo podría seguir todavía aquí, porque la relación es óptima, óptima, pero para no gastar la relación con los músicos es mejor irse en el momento adecuado", dijo. "Se abrieron otras puertas que debía considerar y por eso no tengo suficientes fechas en 2022 para seguir en San Juan. Tengo una titularidad en México, en la Orquesta Sinfónica de Aguas Calientes, donde estaré un año nomás. Tengo invitaciones con el ballet de Noruega en Oslo y esa es una oportunidad que aparece cada 10 años; y además estoy esperando mi contrato en Chile, que todavía no se ha resuelto. Y tengo trabajo con la Orquesta Sinfónica Nacional en el CCK. Pienso instalarme en Buenos Aires y de ahí ir y volver" relató Siffert sobre su ocupado 2022. No obstante, dijo estar dispuesto a regresar. 


Aún tras ocho años aquí, Siffert mantenía muy marcado su acento extranjero. Cuando decidió aceptar el puesto de titular en 2013 cambió los Alpes por la Cordillera de los Andes, pero en definitiva no era el destino sino la Orquesta lo que le importaría. 


"La provincia de San Juan es muy linda, hice algunos recorridos, pero honestamente se piensa mucho más en el trabajo, la cabeza está puesta en eso. No importa dónde diriges finalmente" confesó. 


Además de su relación laboral, el maestro dijo haber conseguido forjar también buenas relaciones personales, aunque "siempre manteniendo la distancia de director titular" apuntó Siffert que, más allá de su visible profesionalismo, tuvo momentos para relajar y conocer las costumbres sanjuaninas. "¿Qué voy a extrañar?, los asados; y los amigos, obvio", compartió y confesó que lo que más le costó aceptar fueron "las huelgas", en referencia a las veces que la universidad paralizó su actividad por reclamos salariales. 


"En San Juan siempre va a estar una parte de mi vida. No me gusta la palabra despedida, siempre les dije que volveré cuando la Orquesta quiera. No es una despedida, es una transformación" definió Siffert sobre su partida que, sin dudas, tendrá impacto en la escena artística local. 

 

MOMENTOS. En el último concierto, el maestro Emmanuel Siffert recibió el cariño del público y los músicos de la Sinfónica. El programa que incluyó dos valses de Strauss, la Sinfonía Nro. 5 de Tchaikovsky, Tangotour (de Tito Oliva), Adiós Nonino y Oblivion de Piazzolla.