Hacer réplicas pequeñas y livianas de esculturas, para poder trasladarlas a distintos rincones de la provincia, para difusión y también como material didáctico para escuelas primarias y secundarias, en principio de zonas más alejadas. Ese es, en líneas generales, el objetivo de un proyecto innovador que trabaja el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson: el de digitalización e impresión 3D de obras escultóricas. 


"La idea es la de un museo transportable, itinerante; generar una especie de "maletín de arte" que también contenga estas réplicas en pequeño formato, de gran calidad y detalle, con el que podremos llegar a instituciones educativas y docentes para que lo usen como material didáctico y de difusión', confirmó Emanuel Díaz Ruiz, director del Franklin Rawson, cabeza del proyecto dirigido por Morena Soria, con Inés Sández y Belén Ramírez en la investigación, fotografía de Inés Estévez y asistencia de Facundo González. El funcionario aclaró que si bien la idea original ya lleva tiempo, fue la gran muestra de Miguel Ángel Sugo -Sugo Escultor, que se exhibió el año pasado, desde abril- la que impulsó esta acción. 


"Esa muestra nos abrió un panorama que para nosotros fue magnífico. Fue uno de los procesos que nos permitió el trabajo de levantamiento en 3D, de fotogrametría y digitalización de la obra escultórica, porque había que restaurarla digitalmente también para comprender la complejidad de las piezas, incluso por partes, porque no todas estaban unidas. Esto nos abrió un camino y nos dio la posibilidad de generar una propuesta que fue presentada a Hellbot, una empresa cordobesa de impacto nacional, que trabaja en fabricación y venta de impresoras 3D, materiales y demás, que ha recibido importantes premios y que además tiene una función social muy importante, trabajando con distintas instituciones. Como patrocinadores, ellos tomaron el proyecto, nos suministraron el material para arrancar la primera instancia de prueba y puesta en marcha, a la que seguramente más adelante seguirán otras instancias', explicó el director, quien calificó esta iniciativa como "pionera'. 


"Lo es en el sentido de generar un archivo digital de obra escultórica. Una pintura es fácil de registrar, porque es bidimensional, pero una escultura lleva a otro proceso más complejo y encontramos en este recurso de la fotogrametría, digitalización y recreación en 360¦ del cuerpo escultórico, una herramienta que permite armar un archivo digital, incluso de piezas que no son del patrimonio del Museo y que se exhiben aquí temporalmente; que posteriormente puede ser aplicado a la impresión en 3D', señaló. "Y nos permite también armar un recorte de cuerpo de obra, figurativa y abstracta, que va a posibilitar generar este museo transportable de pequeño formato, con el fin de trabajar en los territorios. En primera instancia pensamos en departamentos más alejados y luego venirnos más a centro. Ahora estamos en un proceso de aprendizaje, porque es aprender un lenguaje nuevo, una instancia de prueba de tamaños y materiales', se explayó.


En principio serán cinco las esculturas de artistas locales que tomarán cuerpo en tamaños que van desde 10 a 25 centímetros. Algunas ya están definidas, pero no todas porque a la par se está elaborando el guión en el que se insertarán para formar parte de ese "maletín de arte', que incluirá reproducciones de obras pictóricas, juegos, cuadernillos y material de apoyo. 


"Será un elemento didáctico de fácil acceso y manipulación para docentes y chicos de edad escolar y para que se difunda la producción artística de San Juan. Se empezó con fotogrametría y las primeras impresiones, luego tenemos que armar un pequeño stock y entonces se podrá hacer el lanzamiento de estos primeros prototipos que viajarán', señaló Díaz Ruiz, para quien estas nuevas herramientas podrán aplicarse luego "en futuros proyectos que vinculen tecnología y arte; y también en otros acervos y colecciones del país'. 

PROTOTIPO

Personal de conservación, diseño y educación del Museo trabaja en este proyecto. La obra original es manipulada solo por los especialistas en restauración y conservación, quienes la ponen a disposición para hacer el registro en 360°, con el que se logra el "levantamiento' en 3D de la obra escultórica para luego materializarlo en las impresoras 3D. Con una impresora en calidad de préstamo trabaja el Museo, a la vez que la empresa patrocinadora Hellbot proporciona el material y el conocimiento.