El plato fuerte. La danza fue lo más esperado del acontecimiento que también incluyó juegos y una charla de artes marciales.


El día se prestó para que los jóvenes vivieran una intensa jornada ayer, desde las 13 en el Centro Cultural A. Conte Grand, que se sacudió al ritmo del K-pop en la primera edición de Revolución K-ótica, evento influenciado fuertemente por la música pop coreana de la mano de bandas como BTS, Super Junior y Blackpink, entre otras.


"¡Estamos agradecidos y felices!" dijo María del Valle Lucero, más conocida como Mavi, líder del grupo dance covers K-Oz que propulsó el concurso organizado junto con el Conte Grand, con stands de venta y exhibición.


La movida K-popera comenzó con la competencia Fansing y cinco cantantes solistas. Pero el alboroto juvenil arrancó cuando la danza llegó al escenario con la actuación de postulantes individuales. Los momentos más importantes tuvieron lugar durante la noche con los duelos en dúo y trío, estilo libre y grupal femenino y masculino. Con coreografías complejas y de larga duración, repletas de movimientos, los adversarios se lucieron en las tablas frente al jurado y a sus hinchadas que estuvieron alentando, filmando con sus celulares y ovacionando a sus amigos, una vez transcurridos los nervios de la presentación.


"Las coreos son muy específicas en K-pop, por eso estuvimos evaluando como puntos centrales: el acting, el vestuario y la coordinación", señalaron Eliana Herrera y Rocío Gómez, integrantes del jurado junto a Brisa Gallardo de Mendoza que tuvo a su cargo la elección de los ganadores en la junta que se extendió hasta altas horas de la noche y reunió a chicos de todas las edades. La movida también tomó los jardines del complejo que se convirtieron en punto de reunión o improvisada sala de ensayo para los participantes que no quisieron dejar detalle librado al azar.


Flequillos a full, melenas lacias y coloridas, gorritos de lana, mochilas cargadas de pines, camisas a cuadros atadas a la cintura, faldas cortas, medias siete octavos y el brillo en el maquillaje; fue lo que le puso su marca al acontecimiento.

 

Panorámica. En el complejo, el tablado estuvo colocado en alto, también hubo sillas para los primeros que dijeron presente.
En el baile solista. Chicos y chicas se presentaron en el certamen con gran producción de vestuario movimientos extraídos del K-pop y el hip hop.
Exposición. Pines, fotos, posters, stikers y la chocolatería fue lo más solicitado. También hubo venta de accesorios como aros, pulseras, llaveros y remeras; todo haciendo alusión a la movida pop coreana y sus máximos exponentes.
La hinchada. Flasheándolos y gritando sus nombres, la muchachada le hizo el aguante a sus amigos desde horas tempranas.

((FOTOS MARIANO ARIAS)