En enero de 2011, la China Suárez le dijo adiós a Teen angels, la banda surgida de la novela Casi ángeles. Según expresó en una carta -bastante confusa-, sintió que terminaba una etapa de su vida. “Existen dos polos y dos posturas, que hoy son incompatibles”, agregó despertando el misterio. Rápidamente, Cris Morena tuvo que ir en busca de un reemplazo y eligió a Rocío Igarzábal, otra integrante de la tira juvenil. Sin embargo, para ella no fue nada fácil el inicio en el grupo musical, ya que una fan de Eugenia la acosaba constantemente.

A casi una década de esos episodios, Rochi eligió contar cómo surgió todo y aclaró que hizo la denuncia correspondiente en Tribunales. “El fanatismo tiene su doble cara: el amor incondicional y el odio, también, muy fuerte. Me re divertía porque íbamos a hacer giras, sacar discos, era la parte que más me gustaba de todo el proyecto en sí, y cuando me ofrecen entrar en la banda, íbamos a ser solamente los cinco viajando. Dije que sí y me pasó que una fan muy muy fanática de Euge empezó a amenazarme. Mails con mi patente, mi dirección, diciéndome que me iba a venir a buscar, que tuviera cuidado en los shows. Se armó una especie de protocolo porque amenazaba que en los espectáculos me iba a hacer algo. Entonces, teníamos que estar atentos a si había alguien raro en el público. Fueron unos meses un poco difíciles”, expresó en diálogo con Teleshow.

La actriz, que volvió a instalarse en la Argentina luego de pasar varios años en México, acudió a la Justicia para ponerle un freno al acoso: “Hice la denuncia buscando el IP, porque ella me mandaba mails. No pasó nada gracias al universo. Después supe quién era, y en los shows ya me daba cuenta y era otra cosa. Se quedaba en el molde”.

A pesar de esa desagradable experiencia, la joven reconoce que Casi ángeles le dejó cosas muy lindas, como el cariño de la gente. “Una chica de Israel me mandó una carta diciéndome que había trabajado todo un año para juntar plata para comprarme una Fender y me mandó la guitarra por correo. Todos sus ahorros de ese año de trabajo. Fue un flash. Otro flash fue una chica que con 21 regalos se tomó como tres bondis, no sé cuántos trenes, hasta mi casa, o sea, a la casa de mis viejos. Los desplegó en la mesa del living y bajé a desayunar, y tenía a la chica sentada con los 21 regalos ahí”, recordó emocionada.