La antigua bodega La Superiora, un emblemático edificio que fue un protagonista de la edad dorada de la vitivinicultura sanjuanina, durante los años recientes, fue casi un cementerio abandonado donde el polvo cubría años de historia y de trabajo. Pero en un plan de recuperación como espacio cultural y deportivo, hoy fue restaurado como la nueva sede -de ahora en adelante- de la Feria de la Cultura Popular y el Libro.


En el primer día desde la inauguración de la feria, DIARIO DE CUYO hizo una visita por los stands del evento que están distribuidos en los diferentes niveles interiores de dicho espacio. Entre las propuestas más interesantes está el circuito de librerías y editoriales autogestivas, que es el corazón y esencia de la feria. A diferencia de lo que era en la Plaza Centenario en las versiones anteriores del evento cultural, ahora los editores cuentan con un lugar más cómodo y mejor cuidado, para exponer y vender sus obras. Las casas editoras de Abdullah, Pasos Perdidos, Páramo y Athropos, cuentan con varias colecciones de autores sanjuaninos, nacionales y clásicos universales a precios y promociones muy accesibles. Además, con la posibilidad de adquirir libros usados o permutarlos por otros. La Dirección de Bibliotecas Populares, cuenta con un rincón de lectura para niñas y niños. Por el subsuelo, el público puede recorrer y apreciar diferentes exposiciones. Primero, el de la muestra 200 años de Música Argentina; la colección "El Quijote en San Juan", del dibujante Rep; la muestra del área creativa de Rawson; la muestra paleontológica de Ciencia en Movimiento; las muestras pictóricas de Laura Banga y Ariel Dante; y el Museo del Cine de Carlos Cerimedo. En planta alta, está el espacio audiovisual y escénico para espectáculos de danza, teatro y música en vivo. En esta 13ª edición, la feria encontró un espacio renovado y necesario, pero mantiene la misma esencia e identidad que fue concebida desde que fue creada hace doce años.