Mientras el nuevo presidente paraguayo tendía puentes para suavizar la situación con sus países vecinos, Argentina retiró ayer al embajador en Paraguay, Rafael Romá, luego de que el Senado del vecino país destituyera el viernes al presidente Fernando Lugo.
Así, Argentina se convirtió en el primer país que retira un embajador tras la destitución de Lugo, mientras aún no se ha despejado la incógnita sobre qué posición tomarán Brasil, Mercosur y la Unasur en su conjunto.
‘Frente a los graves acontecimientos institucionales ocurridos en la República del Paraguay que culminaron con la destitución del Presidente Constitucional Fernando Lugo y la ruptura del orden democrático, el Gobierno argentino ha dispuesto el inmediato retiro de su Embajador en Asunción‘, señaló ayer la Cancillería en un parte de prensa.
El comunicado agregó que la representación diplomática de Argentina en Paraguay quedó bajo el ala de un encargado de negocios ‘hasta tanto se restablezca el orden democrático en dicho país‘.
En el juicio político de ayer, el Senado paraguayo decidió destituir a Lugo tras la muerte de 11 campesinos ‘sin tierra’ y 6 policías en un enfrentamiento en tierras en litigio (entre el Estado y Blas N. Riquelme) en Curuguaty. Aquel incidente ocurrido el pasado día 15 fue durante una operación de desalojo en una hacienda del político y empresario Blas N. Riquelme.
Tras reemplazar a Lugo, el nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, anunció que instruyó a su Cancillería a tomar contacto con todos los países de la región para ‘suavizar y mantener relaciones armónicas‘, aunque ratificó la negativa de su país a aceptar la inclusión de Venezuela como socio del bloque regional de comercio.
Franco, quien hasta el viernes pasado era el vicepresidente paraguayo, admitió que le ‘preocupa‘ que ningún mandatario sudamericano haya manifestado un aval a su gestión. Si bien no anticipó si concurrirá a la cumbre que se desarrollará esta semana en suelo mendocino, ratificó que mantendrá su posición de rechazar el ingreso de Venezuela al Mercado Común del Sur.
La jefa de Estado argentino escribió desde su cuenta en Internet: ‘Sin lugar a dudas hubo un golpe en Paraguay, que es inaceptable. Todos creíamos que este tipo de situaciones estaban superadas en la región‘.
Los gobiernos de la Argentina, Bolivia, Ecuador, Cuba y Venezuela no dudaron en considerar el relevo como un golpe de Estado. En tanto la presidenta y el canciller de Brasil, Dilma Rousseff y Antonio Patriota, no descartan que la Unasur y el Mercosur puedan expulsar a Paraguay, según establecen los protocolos de seguridad democrática de ambos bloques.
‘La situación no es fácil y me ratifico y me reafirmo que acá no hay golpe, se hizo siempre a un irrestricto respeto a la Constitución y las leyes”, manifestó Franco a los periodistas extranjeros.
‘De inmediato vamos a tomar contacto con la comunidad internacional para mostrar con hechos nuestra clara vocación democrática‘, insistió. Anunció que el siguiente paso será contactar con los presidentes del Mercosur, a través del flamante canciller, José Félix Fernández Estigarribia, quien por su parte destacó que, para Paraguay ‘son muy importantes el Mercosur, la Unasur, la OEA y la ONU‘.

