Las posibilidades de encontrar sobrevivientes en el accidente de un avión de la Fuerza Aérea de Chile desaparecido el lunes son “difíciles”, según las autoridades, aunque se mantienen los esfuerzos de rescate en la aislada zona austral del continente que comunica con la Antártida donde se perdió su rastro.

“Estamos haciendo todos los esfuerzos humanamente posibles para poder encontrarlos a pesar de que las condiciones son extremadamente difíciles”, afirmó el martes el presidente Sebastián Piñera, que debido a la emergencia suspendió un viaje que tenía previsto a Buenos Aires para asistir a la posesión de Alberto Fernández.

“No habrá ninguna limitación para esclarecer lo que ocurrió y, si Dios quiere, sabemos lo complejo y difícil, lograr ubicar el C-130 y algún sobreviviente”, aseguró por su parte el ministro de Defensa, Alberto Espina, quien se trasladó a Magallanes, la región más austral de Chile, a 3.000 kilómetros al sur de Santiago, para monitorear la búsqueda.

La aeronave, que despegó este lunes a las 16.55 hora local de Chabunco, en la ciudad meridional de Punta Arenas, debía aterrizar a las 19.17 en la Antártida, pero perdió el contacto a las 18.13, cuando sobrevolaba el mar de Drake, que separa Sudamérica del continente helado y cuyas aguas están consideradas las más turbulentas del planeta.

El operativo de búsqueda, que cubre un radio de 96 kilómetros alrededor del punto en el que se perdió el contacto, está formado hasta el momento por 13 aviones, entre ellos dos C-130 de Argentina y Uruguay, y 9 buques, uno del canal de televisión National Geographic.

El avión, que se perdió a 500 kilómetros de su destino, tenía una carga de combustible como para poder volar hasta las 00.40 hora local del martes, momento en el que la Fuerza Área de Chile (FACh) dio por “siniestrado” el aparato.