El presidente de Brasil, Michel Temer, decretó la extinción de una reserva forestal en la selva amazónica del tamaño de Suiza para permitir la actividad minera en una región rica en oro.

Temer liberó para la extracción minera la Reserva Nacional del Cobre y Asociados, en el límite entre los estados de Pará y Amapá, que había sido cerrada para la actividad económica en 1984 por la dictadura militar, que consideró a la región estratégica en recursos naturales.

En el decreto, el Gobierno aclara que la liberación ‘no se aparta de la aplicación de la legislación específica sobre vegetación, tierras indígenas y franjas fronterizas‘. El Gobierno se ha lanzado a la búsqueda de inversiones privadas en todos los frentes: además de buscar recursos en el área mineral con esta decisión en un área con cuatro millones de hectáreas en la selva amazónica, se ha iniciado la era de las privatizaciones.

El miércoles pasado, el Gobierno anunció que iniciará el proceso de privatización de la Casa de la Moneda y de varios aeropuertos, entre ellos el de Congonhas, de San Pablo. Además de otros 55 proyectos de concesiones a privados como pozos petroleros, se anunció la venta de Eletrobras. Temer lanzó estas iniciativas luego de que fracasara el intento de aumentar impuestos para lograr la meta de déficit fiscal. Sobre la reserva en la Amazonia, el coordinador de la entidad ambientalista WWF, Michel De Souza, dijo que existe una ‘catástrofe‘. ‘Hacer esto por decreto es muy peligroso. Es un riesgo enorme‘, fustigó el dirigente de la ONG WWF.