Buenos Aires, 29 de marzo.- El ex vicepresidente de Brasil, Alencar, estaba internado en el Hospital Sirio Libanés de San Pablo -el mismo en el que el presidente paraguayo Fernando Lugo trató su enfermedad- y, según confirmó el equipo médico de la institución, murió por una falla multiorgánica. En los últimos días, la salud del ex segundo de gobierno había empeorado. El médico cirujano Raul Cutait había afirmado que se encontraba en "una etapa muy mala" y que se preparaba "para descansar". Según el especialista, Alencar estaba medicado por lo que "no sentía dolor" y estuvo acompañado en sus últimas horas por su familia.

En los últimos meses, el ex vicepresidente había tenido varias internaciones, pero tras más de una década de luchar contra el cáncer, su salud se encontraba muy deteriorada. En 1997 se le diagnosticó por primera vez un tumor en el estómago y desde entonces, varias metástasis le fueron extirpadas. Fue intervenido quirúrgicamente en 17 oportunidades y se realizó tratamientos de quimioterapia.

Nacido en Muriaé, en el estado de Minas Gerais (sudeste) el 17 de octubre de 1931, Alencar, miembro del Partido Republicano Brasileño (PRB), ocupó la Vicepresidencia de la República entre 2003 y 2010, durante los dos mandatos presidenciales de Luiz Inácio Lula da Silva.

Próspero empresario y propietario del grupo textil Coteminas, un imperio económico expandido por varios países americanos que da empleo a 16.000 personas, el político brasileño compartió a partir de 2006 el cargo de vicepresidente con el de ministro de Defensa, carrera que abandonaría dos años más tarde.

Esa tradición empresarial fue la que en 2002 llevó a Lula, entonces un sindicalista visto con desconfianza por los mercados, a escogerle como compañero de fórmula para la candidatura presidencial y simbolizar una alianza de la izquierda con los empresarios.

Desde que se le detectó la enfermedad, Alencar se sometió a numerosos tratamientos para superar el cáncer que padecía, pero nunca se obsesionó con su salud porque según dijo en una ocasión, "la muerte es un fenómeno de la vida". "Todos los que nacen van a morir un día. Y yo también voy a morir un día", dijo en 2009 tras serle diagnosticado un sarcoma en el abdomen.

Para superar su enfermedad, el ex vicepresidente brasileño se refugió en sus profundas convicciones religiosas e incluso llegó a manifestar que estaba "entregado a Dios" porque es el único que tiene su destino "en las manos".

Apasionado por la política, pensó en postular al Senado o a la Gobernación de Minas Gerais en las elecciones de octubre 2010, pero el constante deterioro de su salud lo obligó a desistir de una nueva candidatura.

La agresividad del cáncer le impidió asistir el pasado 1º de enero a los actos de investidura de Dilma Rousseff como presidenta, pero la mandataria y Lula lo visitaron varias veces en su lecho de enfermo.

Su último acto público fue el pasado 25 de enero, cuando recibió de la ciudad de Sao Paulo la "Medalla 25 de enero", en un homenaje al que asistió Rousseff.

Al recibir el galardón, Alencar dijo que ya podía "morir tranquilo y feliz", y manifestó que nunca pensó que tantas personas se "movilizaran" por su recuperación.

Alencar estaba casado con Mariza Campos Gomes da Silva hace 45 años y deja tres hijos y varios nietos.