Bolivia contabilizó este jueves 78 muertes por coronavirus en las últimas 24 horas, lo que supuso un nuevo récord diario de fallecidos, y superó de nuevo los 1.000 contagios confirmados por día, lo que agrava la delicada situación sanitaria del vecino país.

Con las últimas muertes, el total alcanzó los 1.201 desde que se detectaron los primeros casos de COVID-19 en el país el pasado marzo, según el último reporte del Ministerio de Salud. Hasta ahora el dato de decesos más alto en un día era de 57, que se había registrado el pasado lunes, de acuerdo con el reporte oficial.

Los contagios confirmados, por su parte, son 34.227 en ese país de unos 11 millones de habitantes, con varios días en que suman más de 1.000 contagios por jornada, después de haber bajado de esa cifra diaria.

Santa Cruz, la región más poblada del país con algo más de 3 millones de habitantes, sigue siendo la más afectada, con 22 de los 78 fallecidos.

Sin embargo, donde se vive la situación más crítica es la ciudad de Cochabamba, que con algo más de 600.000 habitantes registra problemas desde hace días para incinerar y enterrar a los fallecidos, con protestas de familiares a las puertas del cementerio al tener que volver a casa con los féretros en espera de poder acceder al camposanto, indicó la agencia de noticias Efe.

El gobierno interino de Bolivia ha declarado el estado de emergencia sanitaria desde finales de marzo, con una cuarentena que actualmente se puede endurecer o reforzar por regiones y municipios en función de un mapa de riesgo de la enfermedad, a la vez que estima que el pico de contagios llegaría a comienzos de septiembre.

Algunas de las principales ciudades del país, como Santa Cruz, mantienen una cuarentena rígida sin apenas haber flexibilizado las restricciones como las que limitan el salir de casa y el circular con vehículos, mientras que otras que las habían rebajado las han vuelto a endurecer, como La Paz y Cochabamba.

Estas y otras ciudades reportan casos de centros sanitarios colapsados y algunas muertes a las puertas de hospitales y en las calles, además de enfermos que peregrinan por centros de salud hasta encontrar atención.