A menos de diez semanas de las elecciones presidenciales, Donald Trump multiplica las polémicas declaraciones y los guiños a sus simpatizantes más extremos. Este lunes el presidente de EEUU defendió a Kyle Rittenhouse, un joven que la semana pasada mató a tiros a dos manifestantes en Kenosha (Wisconsin), y comparó a los policías que usan la fuerza letal sin que esté justificado con jugadores de golf que se “atascan” y no consiguen hacer un putt.

Se cayó y lo atacaron”

Las polémicas declaraciones de Trump llegaron horas antes de su visita de este martes a Kenosha, una ciudad sacudida por protestas desde que el pasado 23 de agosto un policía blanco disparara siete tiros en la espalda al afroamericano Jacob Blake, que quedó paralizado de la cintura para abajo.

Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, Trump se negó a condenar las acciones de Rittenhouse, un joven blanco de 17 años que se presentó en Kenosha armado con un fusil de asalto el 25 de agosto y mató a dos manifestantes además de herir a un tercero, hechos por los que se encuentra detenido y acusado de homicidio.

“Ustedes vieron el mismo video que yo. Él estaba tratando de escaparse de ellos (los manifestantes), supongo, y se cayó y lo atacaron muy violentamente, y es algo que estamos examinando, que está bajo investigación”, respondió Trump a la pregunta de por qué no condena lo que hizo Rittenhouse.

“Creo que él estaba en muchos aprietos, y que probablemente lo habrían matado”, añadió el mandatario.

El momento al que se refería Trump -aquel en el que Rittenhouse cayó al suelo- se produjo después de que el joven había matado ya a uno de los manifestantes, Joseph Rosenbaum, de un tiro en la cabeza según muestra un video del incidente.

El joven, que era simpatizante de Trump y acudió a uno de sus mítines en enero, huía de los manifestantes que pedían detenerlo porque había disparado a Rosenbaum. En un momento se cayó y apuntó con el rifle a quienes lo perseguían.

Uno de los manifestantes, el joven blanco Anthony Huber, intentó golpear a Rittenhouse con su monopatín para quitarle el arma, pero el adolescente le disparó en el pecho y lo mató. Antes de herir en el brazo a un tercer manifestante, Gaige Grosskreutz, quien llevaba una pistola, según los documentos judiciales.

Brutalidad policial y golf

Luego, en una entrevista con el canal conservador Fox News, Trump recurrió a su deporte favorito en una insólita analogía sobre los casos de violencia policial. El presidente comparó a los policías que dispararon a personas desarmadas con jugadores de golf que se “atascan” y no consiguen hacer un putt.

Trump sostuvo que los policías a veces “se atascan” y se equivocan, y que eso hace que los medios de comunicación se fijen sólo en eso y no en las “10.000 cosas buenas” que pueden haber hecho.

“Disparar muchas veces al tipo por la espalda... ¿No podrían haber hecho algo diferente, no podrían haber forcejeado con él? Pero se atascan”, afirmó Trump en referencia al caso de Jacob Blake.

“Se atascan. Es como en un torneo de golf, cuando no aciertan un putt a un metro (de distancia)”, agregó.

La conductora-Laura Ingraham, una de las mayores defensoras del presidente- le pidió entonces aclarar si estaba comparando las dos situaciones, y Trump no lo negó, al insistir: “Estoy diciendo que la gente se atasca, la gente se atasca”.

En medio de la ola de indignación que recurre EEUU por los casos de ciudadanos negros que mueren o resultan heridos a manos de agentes blancos, Trump defendió a los policías. El mandatario se presenta como el candidato de “la ley y el orden” en busca de la reelección.

En la entrevista, Trump también equiparó la pobreza con la criminalidad, al asegurar que la oposición demócrata “está tratando de destruir los suburbios y el sueño americano” porque “quieren que haya viviendas para gente de bajos ingresos, y eso trae muchos otros problemas, incluido el crimen”.

Teorías conspirativas y cruces con Biden

La negativa de Trump de condenar las acciones de Rittenhouse llegó precisamente después de que criticara duramente a su rival en las elecciones de noviembre, el demócrata Joe Biden, por supuestamente no haber condenado las protestas de las “turbas de izquierda” contra el racismo.

El mandatario no condenó a los grupos de derecha que acudieron a las manifestaciones, como la de Portland, donde simpatizantes de Trump dispararon este fin de semana perdigones y balas de pintura a los manifestantes del movimiento “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”).

“Estaban mis simpatizantes, pero eso fue una protesta pacífica. Y la pintura es un mecanismo de defensa. La pintura no son balas”, zanjó Trump.

El presidente recordó que durante esas protestas murió a tiros uno de sus simpatizantes, un hombre de 39 años que pertenecía a un grupo de derecha llamado Patriot Prayer.

Biden condenó el domingo en un comunicado “la violencia de cualquier tipo por parte de cualquiera, ya sea de izquierdas o de derechas”, y retó a Trump a hacer lo mismo. Sin embargo, el mandatario insistió en centrar todas las culpas en la oposición, a la que acusó de “alimentar la violencia” al “demonizar a la policía”.

Trump también dio rienda suelta a las teorías conspirativas al afirmar que hay personas en las “sombras oscuras” del país que controlan a su rival demócrata , Joe Biden, sin dar detalles ni pruebas.

“Gente de la que nunca has oído hablar, gente que está en las sombras oscuras”, respondió Trump a la pregunta de quién cree que controla a Biden, al que antes había tildado de “marioneta” de la “izquierda radical”.

La conductora le dijo entonces que eso sonaba a teoría de la conspiración, y el presidente replicó únicamente que se trata de la misma gente “que está controlando las calles” durante las manifestaciones que vivió el país este verano.

Su mención de las “sombras oscuras” que controlan a Biden podría haber sido un guiño a sus seguidores que creen en la teoría de la conspiración de QAnon. Se trata de un grupo formado en foros de Internet que cree que el mundo está dirigido por una organización de pedófilos satánicos que, entre otras cosas, conspiran para derrocar a Trump, y a la que supuestamente pertenecen políticos como Barack Obama o Hillary Clinton y estrellas como Tom Hanks u Oprah Winfrey.