Faltan apenas horas para la gran boda de Meghan Markle y el Príncipe Harry, el casamiento real del año, e increíblemente, recién ahora se resolvió uno de los grandes momentos del enlace: la entrada de la novia. La actriz caminará hacia el altar de la capilla de San Jorge con el Príncipe Carlos, que asumirá el rol en reemplazo del padre, Thomas Markle, que no pudo viajar a Inglaterra por complicaciones de salud.

"Meghan Markle ha pedido a su alteza real el Príncipe de Gales que la acompañe por el pasillo de la capilla de San Jorge el día de su boda. El Príncipe de Gales está satisfecho de poder recibir de esta manera a la señorita Markle en la familia real", dice el breve comunicado divulgado por el palacio de Kensington, residencia oficial del príncipe Harry y el duque de Cambridge.

Los rumores sobre quién sustituiría al padre de la novia comenzaron el jueves tras el anuncio de que Thomas Markle no acudiría al enlace por problemas de salud. Las apuestas sugerían que sería la madre de Markle, Doria Ragland, la que tendría el honor y el propio Thomas la sugirió a ella como su reemplazo. Ya había precedente de una compañía femenina en la monarquía británica: la reina Victoria (1837-1901) llevó al altar a dos de sus hijas -las princesas Helena y Beatriz- cuando éstas se casaron tras la muerte de su marido, el príncipe Alberto.

Ayer, Meghan Markle terminó con días de especulaciones: "Lamentablemente, mi padre no asistirá a nuestra boda", dijo Markle en un comunicado emitido por el Palacio de Kensington. "Siempre me he preocupado por mi padre y espero que pueda tener el espacio que necesita para centrarse en su salud". El palacio ahondó en detalles sobre los problemas de salud de Thomas Markle, de 73 años, pero según el portal TMZ, el hombre se encuentra en un hospital de California después de que le colocaran tres stents.

El drama sobre el padre de la novia asistiría a la boda surgió esta semana cuando TMZ informó que Markle había declinado su invitación porque se sentía avergonzado de que se hubiera filtrado que había aceptado posar para una serie de fotos bizarras relacionadas a la boda real. Después se arrepintió y dijo que si sus médicos se lo permitían, como había sufrido un ataque cardíaco hace días- viajaría a Londres. Al final tuvo que someterse a una nueva intervención y el viaje quedó trunco.