Marta Murias, hermana de Carlos de Dios Murias, el cura asesinado por la última dictadura que podría ser el primer beatificado por el papa Francisco, afirmó ayer que se siente ‘gratificada‘ y ‘emocionada‘ por la noticia, pero se quejó porque la Iglesia ‘nunca‘ abrió las puertas a la familia para esclarecer el caso.

La hermana del cura que fue asesinado junto al sacerdote francés Gabriel Longueville el 18 de julio de 1976 en Chamical, La Rioja, aseguró que ‘no esperaba que la beatificación llegara tan rápido‘ y remarcó que ‘es una forma de que una parte del clero reconozca la laboral pastoral‘ de Murias.

Asimismo, recordó que durante el juicio por los asesinatos de los dos curas, que comenzó en agosto de 2012, ‘no‘ tuvieron ningún acercamiento del clero. ‘Mi hermano dio la vida por la labor pastoral‘, afirmó Marta Murias que remarcó que, a pesar de que Carlos de Dios fue perseguido durante muchos años por la dictadura, ‘nunca tuvo miedo‘ y ‘siguió adelante con su trabajo‘.

‘Lo tomé con gran emoción y muchísima satisfacción. No esperaba esta noticia tan rápido, aunque ya sabía que se había iniciado el proceso de beatificación‘, sostuvo. El proceso de beatificación de Murias fue iniciado por la diócesis de La Rioja cuando el hoy papa Francisco estaba al frente del Episcopado argentino. ‘Vinieron unos delegados de Roma a hablar con nuestras familias (la de Murias y la de Longueville) para a ver qué pasó. A mí me cayó muy mal que 30 años después, vengan los romanos‘, sentenció Marta Murias que también señaló que tiempo después se enteró que esos delegados habían llegado a la Argentina para realizar el juicio de beatificación de su hermano.

En este sentido, remarcó que ‘cuando nosotros (la familia Murias) estábamos en una lista negra, llamamos por auxilio (al ex cardenal) Raúl Primatesta y nunca nos abrió la puerta, y nos pareció ridículo que vengan tanto tiempo después de Roma‘. Además, afirmó que ‘hay muchos curas y muchos obispos que estaban contentos con la dictadura militar‘ pero aclaró que otros, ‘como Longueville, (el Obispo de la Rioja) Enrique Angelelli y su hermano, tenían coraje y decidieron seguir su pastoral hasta la muerte‘. A su vez, señaló que desde que Carlos de Dios fue secuestrado, un día antes de aparecer asesinado, Jorge ‘Bergoglio nunca se comunicó con nosotros. También recordó que el asesinato de Angelelli estuvo vinculado al de su hermano. ‘El día del sepelio de Gabriel y Carlos, Enrique dijo llorando ‘esas balas no eran para ustedes, eran para mí’.

Fuente: DyN