Las cuadrillas enfrentaban "vientos del diablo" extremadamente secos y cálidos mientras combatían dos enormes incendios forestales en cada uno de los extremos de California, incluyendo uno en el norte que ha sido uno de los más mortales y destructivos en la historia del estado norteamericano.

En el norte de California, el incendio Camp ha matado al menos a 23 personas desde que comenzó el jueves en el noreste de Sacramento y luego consumió gran parte de la ciudad montañosa de Paradise. Más de 100 personas han sido reportadas como desaparecidas. Cientos de kilómetros más al sur, al menos dos personas murieron en la conflagración de Woolsey que amenazaba a la comunidad costera de Malibú, cerca de Los Ángeles. La policía informó de arrestos por saqueos en la zona sur del incendio. Autoridades esperan que los vientos secos soplen hasta mañana, lo que elevó la urgencia de las órdenes de evacuación, dijeron las autoridades.

El gobernador Jerry Brown pidió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que declare área de desastre para reforzar la respuesta de emergencia.