El presidente, Evo Morales, asediado por las protestas en su contra y la ola de motines policiales, viajó al municipio de Chimoré, Trópico de Cochabamba, su tradicional bastión. De acuerdo con información proporcionada por radio Kawsachun Coca, el mandatario se reunió con sus bases, militantes del Movimiento Al Socialismo (MAS) y productores de la hoja de coca.

Luego de la reunión, en la que participaron las seis Federaciones del Trópico, según fuentes del lugar consultadas por El Deber, el jefe de Estado salió escoltado por su personal de seguridad.

El líder de las protestas, Luis Fernando Camacho dijo que es preocupante que el Presidente se encuentre reunido en el Cochabamba “La confirmación de que está en el Chapare en el trópico cochabambino, deja en claro que ha ido a armar gente y eso es lo que nos preocupa, en el Chapare no siembran flores (...) creo que él ha ido a buscar armar milicia (...) la democracia se gana en las urnas (...) no con armas, sino con unidad y amor”, dijo entrevistado por Unitel.

Entre el viernes y sábado, el presidente Morales perdió el control total de la Policía, que se ha amotinado en todo el país pidiendo su renuncia y reivindicando la democracia, además de demandas sectoriales. Comenzaron rebelándose el viernes los agentes de las ciudades de Cochabamba, Sucre, Tarija y Santa Cruz. Y el sábado se sumaron uniformados de Potosí y Pando y La Paz. Incluso el cordón de seguridad en la Casa Grande del Pueblo, la nueva sede de la Presidencia del país, abandonó sus posiciones.

A pesar de las múltiples pruebas que demostrarían fraude en las elecciones, el mandatario boliviano volvió denunciar un supuesto “plan de golpe fascista”. Y denunció, a través de su cuenta de Twitter, que se están ejecutando “actos violentos con grupos irregulares que incendiaron la casa de gobernadores de Chuquisaca y Oruro y de mi hermana en esa ciudad. Preservemos la paz y la democracia”.