Reconfinamiento total desde el viernes y hasta el 1 de diciembre como mínimo en Francia para poder enfrentar una segunda ola de coronavirus, “más fuerte y mortal que la primera” , y no enterrar la economía. Una “nueva etapa” de encierro nacional para confrontar un virus que avanza rápido y hace colapsar a los hospitales.

Así lo anunció el presidente Emmanuel Macron al país, cuando los infectólogos lo piden porque han perdido el control del Covid 19 pero él no quiere quebrar a Francia.

“He decidido que es necesario recuperar, a partir del viernes, el confinamiento que frenó el virus. Todo el territorio nacional está involucrado, con adaptaciones para los únicos departamentos y territorios de ultramar”, detalló Macron. El espera 9.000 pacientes en terapia intensiva en el mes de noviembre.

“Teletrabajo” generalizado, guarderías, colegios abiertos, universidades en línea, restaurantes y bares cerrados, y grandes industrias con posibilidades de trabajar, serán las nuevas reglas.

“El virus circula a una rapidez que las previsiones más pesimistas no anticiparon. El número de contaminaciones se ha duplicado en menos de dos semanas. A diferencia de la primera ola, el conjunto de la regiones se encuentran hoy en estado de alerta”, dijo el presidente Macron en su discurso al país por televisión.

“En este contexto mi responsabilidad es proteger a todos los franceses”,  afirmó el jefe de Estado, tras aceptar que hay que proteger los más ancianos” y “los más jóvenes”. “El virus toca a todas las generaciones” alertó. Al menos 10.000 camas de terapia intensiva han sido creadas ante esta emergencia.

Una cuarentena diferente

Este reconfinamiento será diferente al que terminó el 11 de mayo: un equilibrio entre la defensa de la economía y la salud de los franceses. Las escuelas, desde la guardería al liceo, seguirán abiertas. ”El teletrabajo” será generalizado por todos lados o allá donde sea posible” anunció.

"El gobierno va a acompañar a las muy pequeñas empresas que van a entrar en una transición numérica”, según el presidente.

Los geriátricos y asilos de ancianos, que se convirtieron en un cementerio en la primera ola y los abuelos murieron solos, podrán ser visitados por los familiares bajo un protocolo estricto. Los funerales serán dignos. Cada 15 días habrá un análisis de las medidas y prometió a los comerciantes analizar si algunos de ellos podrán abrir entonces.

“Es el retorno de los lugares atestados”, aseguró el presidente. Cada vez que quieran salir de la casa para ir a trabajar, a una cita médica, ayudar a alguien, hacer las compras o respirar aire puro deberán tener una autorización.

Nadie podrá pasar de una región a otra en el país, con la excepción del regreso de las vacaciones de la Toussainrt, que finaliza el fin de semana.

Los bares, restaurantes y comercios no esenciales serán cerrados. Cada empresa recibirá 10.000 euros para enfrentar las pérdidas del cierre. El desempleo parcial será reconducido.

Las fronteras con Europa están abiertas. Pero cualquiera que llegue a Francia del exterior deberá ser testeado.

El gobierno debió resignarse a declarar un confinamiento, que puede replicarse en otras cuatro semanas más, con la esperanza de que puedan celebrarse las fiestas de Navidad y fin de año.

“Permanezcan al máximo en la casa, respeten las reglas”, pidió Macron. “El éxito depende del civismo de cada uno y cada uno de nosotros. Cada hora cuenta”, reclamó el presidente.

“Debemos mantenernos unidos y solidarios y no ceder al veneno de la división. Este período es difícil, pero es un revelador de que lo que nosotros somos”, declaró Macron.

Las medidas decididas por el gobierno serán debatidas y votadas en el Parlamento el jueves.

Las razones

El agravamiento de la pandemia forzó a regresar a una medida que había cesado el pasado 11 de mayo y que, esta vez, puede llevar a la quiebra a pequeñas y medianas empresas. El toque de queda, decretado de 9 de la noche a 6 de la mañana, no alcanzó para controlar un virus, que comenzó a avanzar exponencialmente a fin de agosto, tras las vacaciones del verano europeo.

Un indicativo para reconfinar fue la saturación de los servicios de terapia intensiva, la principal angustia de las autoridades. El martes había 2.900 internados allí cuando hay 10.000 camas disponibles en toda Francia.

“Nosotros estamos frente a una segunda ola que puede ser superior a la primera”, advirtió el director general de la salud, Jerome Salomon, cuando fue interrogado por los diputados de la Asamblea Nacional.

”El número de casos de hoy nos permite anticipar el número de enfermos de mañana, el número de hospitalizaciones y, lamentablemente, el de muertos. Sabemos que esta curva va a aumentar, cualquier cosa que pase”, explicó, tras remarcar que hay que tomar a cargo en los hospitales los enfermos con Covid y los que padecen otras enfermedades.

Europa es el nuevo epicentro de la pandemia y Francia es el país con mayores casos confirmados la UE.

Fuente: Clarín