Francisco dio ayer una pincelada verde en un mural de 3,5 kilómetros en el que han trabajado los jóvenes de Scholas Occurrentes (el proyecto educativo impulsado por el Papa), en Cascais (Portugal), y en el que han participado todo tipo de personas de todas las nacionalidades: mayores y jóvenes, creyentes y no creyentes, reclusos, personas con discapacidad, refugiados y personas sin hogar.

"Es una capilla sixtina pintada por ustedes", señaló ayer Francisco, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), para dar el último toque al mural "La vida entre mundos", un proyecto que nació de la sede de Scholas, donde jóvenes de diferentes países se reunían para compartir sus problemas y sus sueños. En total, más de 2.000 personas han participado en la obra.

El mural fue desplegado en las calles por donde pasó el pontífice tras arribar de Lisboa, donde participa hasta el domingo de la Jornada Mundial de la Juventud, que congrega a cientos de miles de jóvenes de todo el mundo. La obra de arte es considerada el mural más grande del planeta.

Con los fieles. El tradicional papamóvil con Jorge Bergoglio a bordo se abrió paso entre la colorida riada de fieles.

 

"A veces en la vida hay que ensuciarse las manos para no ensuciar el corazón", dijo el pontífice a los jóvenes de los cinco continentes reunidos en la sede de Scholas en Cascais.

"Este mural va a unir el mundo real con el virtual. Esta es la pincelada física y hay un grupo de jóvenes en Mozambique que está iniciando una obra digital en el Metaverso", le explicó al Papa el presidente de Scholas, el argentino José María del Corral, al darle el pincel a la vez digital y analógico que usó Francisco. "Que el mundo virtual nunca deje de ser concreto y comprometido con la realidad", deseó del Corral.

Preguntado por uno de los chicos, el Pontífice ha recordado el origen de la palabra "crisis" que viene de cuando se cosechaba el trigo y "se pasaba por una zaranda (una criba), se cribaba". En este sentido, ha puntualizado que las crisis que atraviesan las personas "te hacen cribar". "Una vida sin crisis es una vida aséptica. ¿A vos te gusta tomar agua? Si yo te doy agua destilada, vas a decir que es un asco. El agua destilada es un agua sin crisis. Una vida sin crisis es como el agua destilada. No tiene sabor a nada. No sirve para nada sino para guardarla en el ropero y cerrar la puerta. Las crisis hay que asumirlas y resolverlas, porque quedarse en la crisis tampoco es bueno, porque es un suicidio continuo", advirtió.

Francisco, que fue pintor por un día, pudo dar su toque artístico a una de las paredes de la sede pintando algunos círculos en color verde y con una brocha especial, ya que estaba conectada a un instrumento tecnológico de realidad virtual que permitía seguir a otros jóvenes con sus ordenadores las pinceladas del Papa.

En la creación del mural participaron 100 organizaciones de la comunidad de Cascais, más de 2.000 personas, que en grupos de 5 a 10 crearon de manera colectiva 300 murales que fueron reunidos en una única obra.

Además, el tradicional papamóvil con Jorge Bergoglio a bordo se abrió paso entre la colorida riada de fieles que lo esperaban ansiosos en un parque en el corazón de la capital de Portugal, tomada por la JMJ y el gran dispositivo de seguridad que rodea al pontífice. Luego el Papa los saludó desde un escenario.