El príncipe Enrique (Harry) y su esposa, Meghan Markle, no usarán más sus títulos monárquicos ni recibirán fondos públicos a cambio de poder llevar una vida independiente, según anunció ayer el Palacio de Buckingham en un comunicado.


El anuncio de un acuerdo dentro de la Familia Real del Reino Unido llega después de que la semana pasada los duques de Sussex comunicaran su deseo de dejar la primera línea de la monarquía para pasar a ser económicamente autónomos y vivir parte del año en Norteamérica.


En un inusual comunicado personal, la reina Isabel II, abuela de Enrique y jefa de Estado, afirma que, tras intensas conversaciones, se ha llegado a una solución "constructiva" que apoya los deseos de su nieto y la familia de este.


"Enrique, Meghan y (su hijo) Archie siempre serán miembros muy queridos de mi familia", declara la soberana.


La monarca dice "reconocer los retos que han experimentado como resultado del intenso escrutinio" al que han sido sometidos en los últimos dos años y respalda "su deseo de una vida más independiente".


Isabel II, de 93 años, agradece a la pareja su "dedicación" en el trabajo de representación de la monarquía en el Reino Unido y otros países y dice estar "particularmente orgullosa de lo rápido que Meghan se ha convertido en una más de la familia". "Es la esperanza de toda mi familia que el acuerdo de hoy les permita construir una nueva vida feliz y tranquila", declara.


El acuerdo suscrito, que se aplicará a partir de la próxima primavera, significa que Enrique y Meghan "se apartarán de los compromisos reales, lo que incluye actos militares", por lo que "dejarán de recibir fondos públicos para compromisos reales", se explica en la nota.