Este enorme ciclón empezó como depresión tropical el 15 de agosto y tan solo doce horas después se intensificó convirtiéndose en la tormenta tropical Lane. Se intensificó hasta convertirse en huracán el 17 de agosto superando los 118 kilómetros por hora.

 

El huracán Lane no llegó a atravesar las islas, pero se ubicó lo suficientemente cerca como para generar consecuencias destructivas: lluvias torrenciales acompañadas de ráfagas de viento que azotaban las islas del sur y provocaban deslizamientos einundaciones catastróficas.