La foto genera conmoción en el mundo. En ella se ve a un hombre y su pequeña hija de casi dos años, boca abajo, en la orilla del Río Grande luego de intentar cruzar desde México hacia Estados Unidos. La cabeza de la nena quedó envuelta dentro de la remera negra de su papá que tenía el cuello rodeado por el brazo de su hija, sugiriendo que ella se aferraba a él en sus últimos momentos antes de que ambos murieran ahogados.

La estremecedora fotografía del triste momento fue capturada por la periodista Julia Le Duc y publicada por el periódico mexicano La Jornada. Con esta imagen se visibiliza los peligros a los que se enfrentan los migrantes centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza y esperan asilo en los Estados Unidos, consignó la agencia AP.

Óscar Alberto Martínez Ramírez, frustrado porque la familia de El Salvador no pudo presentarse ante las autoridades de los EE.UU. para solicitar asilo, nadó a través del río el pasado domingo con su hija de 23 meses, Valeria. Logró cruzar del otro lado y la colocó en la orilla estadounidense del río. Luego regresó por su esposa, Tania Vanessa Ávalos, pero al verlo alejarse, la niña se arrojó a las aguas para buscar a su papá. Martínez regresó y pudo agarrar a Valeria, pero la corriente los barrió a ambos.

Así lo relató la propia esposa y madre de las víctimas a la policía en la escena, "en medio de lágrimas" y "gritos", dijo Le Duc a AP.

Luego, los detalles del incidente fueron confirmados el martes por un funcionario del gobierno de Tamaulipas que no estaba autorizado para discutir el asunto públicamente y habló bajo condición de anonimato, y por la madre de Martínez en El Salvador, Rosa Ramírez, quien habló con su nuera por teléfono tras al accidente.

 "Cuando la niña se metió de lleno fue cuando trató de alcanzarla, pero cuando intentó agarrarla, entró más... y no pudo salir. La puso en su camisa, y me imagino que se dijo a sí mismo: 'He llegado hasta aquí' y decidió morir junto a ella", dijo Ramírez a AP.

Desde el abrasador desierto de Sonora hasta el veloz Río Grande, la frontera de 2.000 millas entre los Estados Unidos y México ha sido durante mucho tiempo un cruce mortal entre los puertos de entrada. El año pasado se registraron un total de 283 muertes de migrantes; el peaje en lo que va de año no ha sido liberado.

Solo en las últimas semanas, dos bebés, un niño pequeño y una mujer fueron encontrados muertos, vencidos por el calor sofocante. En otros lugares, tres niños y un adulto de Honduras murieron en abril después de que su balsa se volcó en el Río Bravo; y un niño de 6 años de la India fue encontrado muerto a principios de este mes en Arizona, donde las temperaturas habitualmente se elevan muy por encima de los 100 grados Fahrenheit.