La normalidad reinaba ayer, en el segundo día de Sede Vacante, en el Vaticano, a donde comienzan a llegar los cardenales que participarán en el cónclave para elegir al sucesor del Papa emérito Benedicto XVI y que celebrarán mañana las dos primeras reuniones preparatorias.
La Plaza de San Pedro del Vaticano está, como todos los días, llena de turistas y fieles, que hacen largas colas para entrar en la basílica, así como de romanos, que aprovechan los sábados para pasear por el recinto vaticano.
Según el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, Benedicto XVI ha entregado ya el anillo del Pescador al cardenal camarlengo para que sea anulado, señal de que su pontificado ha concluido. Lombardi confirmó ayer que el acondicionamiento de la Capilla Sixtina para el cónclave aún no ha comenzado. Precisó que el anillo del Pescador, que simboliza el poder pontificio, y el sello de plomo que usaba Benedicto XVI, fueron entregados a la Secretaría de Estado.