El presidente del Uruguay , Tabaré Vázquez , prohibió las protestas mediante "piquetes" con cortes de calles o rutas, y facultó a la Policía Nacional a adoptar las medidas necesarias para despejar los lugares que sean ocupados por manifestantes y que impidan la libre circulación de público.


La decisión, firmada por Vázquez en régimen de Consejo de Ministros, con todo su gabinete, sostiene la necesidad de "preservar el uso público de las calles, caminos y carreteras cuyo tránsito se pretenda obstaculizar o interrumpir por personas, vehículos u objetos de cualquier naturaleza".

Incluso el decreto establece que el Ministerio del Interior, que maneja la Policía, "podrá requerir en forma directa el auxilio de otros organismos públicos para cumplir con esos objetivos".


Eso busca dar respuesta rápida a la acción de retirar manifestantes que obstaculicen el pasaje de vehículos y personas, y la Policía queda facultada a hacerlo con apoyo de unidades del Estado sin tener que pedir habilitación al Poder Ejecutivo en cada caso.

El decreto establece que "la intervención de la autoridad policial a los efectos indicados en el artículo anterior se efectuará a fin de garantizar el derecho a la libre circulación, el orden público y la tranquilidad".


Y agrega que la Policía deberá dar pasaje a la Justicia cada situación que pueda generarse en ese tipo de protestas, lo que expone a los manifestantes a ser procesados en caso que no cumplan la normativa.

El propósito del gobierno es dar garantías a la libre circulación de vehículos y personas por "calles, caminos o carreteras", sin que eso impida el ejercicio de derecho de huelga. Aclara que la aplicación del decreto no podrá ir contra ese derecho sindical.

El decreto se da luego de haber comprobado algunos casos aislados de "piquetes" al estilo argentino, que el gobierno de Vázquez no quiere permitir en Uruguay.