Por todos lados. Las tropas de la Federación Rusa se están desplegando desde fines de diciembre pasado en las zonas fronterizas con Ucrania. Ya ocuparon tres de los cuatro puntos cardinales. El clima de tensión extrema está instalado, tal como sucedió durante los años de la Guerra Fría y con los mismos países encabezando ambos bandos. 

Para darse una idea, Ucrania es un país que tiene apenas el 22% de la superficie de Argentina. Equivale a dos Buenos Aires, o a casi 7 veces San Juan. Y sin embargo, por estas horas es el país del que más se está hablando en el mundo: está asediado por las modernas y poderosísimas fuerzas armadas rusas, y mientras se pone en posición defensiva como David contra Goliat, recibe asistencia y armamentos de naciones cercanas y aliados circunstanciales tan poderosos como su vecino y enemigo ruso. La tensión en ese pequeño escenario de Europa oriental es tan grande que los medios del mundo señalan una guerra inminente. Y las últimas fichas diplomáticas están puestas en la reunión que mantendrán hoy mismo altos funcionarios de EEUU y Rusia para, se presume, intentar bajar esa crispación de clima bélico. Reunión que, dicen los analistas internacionales, va encaminada al fracaso.

Es que en realidad, sobre el diálogo priman los intereses geopolíticos. Y ahí está la explicación de por qué Ucrania, ese país pequeño, es el epicentro. En este caso, no importa su tamaño sino su ubicación estratégica. Es el escenario de la Guerra Fría del nuevo milenio. Es el ring donde se libera la disputa de pesos pesados a cara de perro, igual que Rocky Balboa e Iván Drago hace casi 40 años, con la misma efectividad propagandística y el mismo interés taquillero de aquel film de Stallone, pero con armas de verdad y miedo de verdad.

El encuentro diplomático de hoy es clave, pero no creen que haya una solución ya.

De un lado, la OTAN y su líder y mentor, EEUU; del otro, la Federación Rusa de Vladimir Putin. El campanazo inicial está sonando. Ucrania es el lugar, la pelea es de los otros.

Las tropas rusas llevan cerca de un mes desplegándose en torno a la frontera ucraniana por tres de los cuatro puntos cardinales. Tienen rodeado al país vecino con casi 100.000 combatientes y más de 1.600 vehículos militares de tierra, agua y aire. Desde el Kremlin amenazan con que cruzarán la frontera y abrirán fuego si la OTAN insiste en sumar a Ucrania como socio. Putin no quiere a sus enemigos modernos con poder de decisión militar en un territorio atravesado por los gasoductos de la Federación.

Putin. El líder de la Federación Rusa envió a decir con sus voceros que todo es una "cortina de humo" creada por los aliados de la OTAN.

La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), nacida en 1949 como una alianza militar entre EEUU y otras naciones bien posicionadas tras la Segunda Guerra Mundial, fue fortaleciéndose en el siglo pasado y el actual mediante la incorporación de países en lugares clave del planeta, como Grecia y Turquía en la segunda mitad del siglo XX, y varios miembros de la ex Unión Soviética a principios de este siglo. La filosofía que los mueve es la de "todos para uno y uno para todos". Si uno de sus socios sufre un ataque, se considera un ataque al grupo y todos los demás deben actuar de inmediato en defensa del atacado.

Este principio de la OTAN es el que enarbola ahora el presidente estadounidense, Joe Biden, como argumento para autorizar el envío de armas yanquis a los aliados locales de Ucrania para resistir una invasión rusa.

Biden. El presidente de EEUU advirtió ayer que pondrá en marcha duras sanciones económicas contra Rusia si invade Ucrania. 

"Si un grupo de unidades rusas cruza la frontera de Ucrania, es una invasión", dijo ayer Biden en conferencia de prensa, previo a la reunión diplomática que sus representantes mantendrán hoy en Suiza con sus colegas rusos.

"Conllevará una respuesta económica dura y coordinada que he abordado en detalle con nuestros aliados", se explayó Biden en referencia a su potencial enemigo. "No debe haber duda alguna: si Putin toma esta decisión, Rusia lo pagará muy caro", redondeó, sin sutilezas.

Defensa. Las tropas ucranianas están apostadas fronteras adentro. Cuentan con el apoyo de EEUU, que ya aprobó enviarles armamento.

Del otro lado del ring no se quedaron callados. Según recogió ayer la agencia AFP, primero habló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien declaró que las palabras del presidente estadounidense "pueden contribuir a desestabilizar la situación" y "suscitar esperanzas totalmente falsas" entre algunos altos cargos ucranianos.

Impresionante. Rusia ya logró ubicar casi 100.000 militares, listos para lo que Ucrania y la OTAN definen como una invasión y ataque a la soberanía. 

Luego se sumó la vocera del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova: "Los medios y altos funcionarios occidentales y ucranianos han estado amplificando estos días las especulaciones sobre un supuesto ataque inminente de Rusia a Ucrania", expresó. "El objetivo de esa campaña es crear una cortina de humo informativa para preparar sus propias provocaciones, incluidas las militares, que podrían tener consecuencias nefastas para la seguridad regional y global", concluyó.

En la cuenta regresiva del conflicto, el mundo está pendiente de esta nueva versión de la Guerra Fría en un país pequeño.
 

  • Claves para entender el conflicto

Antecedente

Moscú acusa a Ucrania y a los occidentales de amenazar su seguridad frente a la península de Crimea, anexada por Rusia en 2014. En junio pasado, la flota rusa hizo disparos de advertencia.

Alianza

La OTAN quiere agregar a Ucrania entre sus socios, dado que el actual presidente ucraniano proviene de la facción separatista, enfrentada a la supremacía económica y política de Rusia.

Apoyo

EEUU no envía tropas porque esa medida no tiene consenso popular en su país. Pero sí aprobó el gasto extra de 200 millones de dólares en armamento para enviar a Ucrania.

Negociación

El último intento diplomático para evitar la guerra será la reunión hoy del secretario de Estado norteamericano Antony Blinken con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov.
 

Repercusiones I

El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que una invasión rusa sería un "desastre para el mundo", mientras que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó que "la seguridad global en Europa es imposible sin la restauración de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania".


Repercusiones II

En sintonía con la postura proucraniana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió ayer mismo que "si hay más ataques a la integridad territorial de Ucrania, responderemos con sanciones económicas y financieras masivas" contra la Federación Rusa, que ya tiene sus tropas alistadas.