La líder opositora birmana y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, fue condenada ayer a 18 meses de arresto domiciliario por tener un encuentro no autorizado con un ciudadano estadounidense durante su última detención, con lo que no podrá participar en las próximas elecciones.
Suu Kyi, de 64 años, pasó presa la mayor parte del tiempo desde 1989 debido a su férrea oposición a los gobiernos militares que gobiernan Myanmar (ex Birmania) desde 1962.
Un tribunal especial instalado en la prisión de Insein, en la capital, Rangún, condenó primero a la activista a tres años de cárcel y trabajos forzados por haber violado este año su arresto domiciliario al recibir en su casa al estadounidense John Yettaw.
Pero la sentencia, que también recayó sobre Yettaw, fue conmutada inmediatamente a 18 meses más de arresto domiciliario por el líder de la Junta militar de Myanmar (ex Birmania), Than Shwe.
El jefe de la Junta explicó que su decisión de conmutar la sentencia se debe a que la activista es hija del héroe nacional de la independencia del país, Aung San.
Suu Kyi fue acusada de violar los términos del arresto domiciliario, al dar cobijo durante dos noches en su casa a Yettaw.
Un aparente fallo en las medidas de seguridad permitió el pasado mayo que Yettaw cruzara a nado el lago que da a la parte trasera de la vivienda y se colara (sin haber sido invitado) en el interior de la casa en la que la Nobel de la Paz cumplía desde hacía casi seis años la orden de arresto domiciliario impuesta por activismo político.

