Todo comenzó cuando un automóvil avanzó a gran velocidad por el puente de Westminster, atropellando a transeúntes y ciclistas. Algunas de las personas que intentaban huir se lanzaron a la calle y fueron arrolladas por otros vehículos. Se cree que al menos una docena terminó con heridas.
 

Al concluir su avance por el puente, el terrorista chocó su vehículo contra una de las rejas que rodean el Parlamento, frente al célebre Big Ben.
 

El hombre se bajó del automóvil e inició una carrera hacia el edificio. En los jardines, alcanzó a apuñalar a un policía, hasta que finalmente fue abatido.