Florida, 4 de marzo.- El satélite, cuyo lanzamiento demandó 424 millones de dólares a la agencia espacial estadounidense, se reveló demasiado pesado para alcanzar la altitud y cayó en el sur del Pacífico. "Estamos bastante abatidos", declaró a la prensa Ron Grabe, vicepresidente de Orbital Sciences, el fabricante del cohete y del satélite.

"No registramos ninguna anomalía" antes del lanzamiento, indicó, perplejo, el director de la operación, Omar Baez. Se separó adecuadamente del cohete, pero el carenado de protección en forma de cono que lo recubría no lo hizo en su totalidad. Eso aumentó su peso y provocó su recaída en la atmósfera.

"No vimos el indicador de la separación" del fuselaje, agregó el experto de la NASA. El organismo creará una comisión investigadora para determinar las causas del incidente. El lanzamiento ya había sido retrasado el 23 de febrero luego de que se detectaran unas lecturas inesperadas en las interfases con el control terrestre.

Para Orbital Sciences es el segundo fracaso en dos años de un lanzamiento de satélite climático. En febrero de 2009, otro aparato que debía medir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) terminó su periplo en el océano, cerca de la Antártida.

En aquella oportunidad, la causa fue la misma. Sin embargo, tan poco tiempo después del accidente, el fabricante se negó a establecer un paralelismo con el actual. "Aún no hay suficientes datos disponibles para ir más lejos que decir que el carenado no se desplegó", declaró el director general adjunto de la firma, Rick Straka.

El vicepresidente, Ron Grabe, explicó que desde ese fiasco el sistema de encendido había sido reemplazado y que tres lanzamientos habían tenido éxito. "Por tanto, realmente teníamos confianza en este vuelo, pensábamos que habíamos resuelto el problema", se lamentó el ingeniero.

Glory estaba equipado con dos nuevos instrumentos concebidos para comprender algunos de los elementos más complejos del sistema climático terrestre. El primero es el Aerosol Polarimetry Sensor, para estudiar los vaporizadores que absorben o reflejan los rayos solares y generan cambios en las nubes y las precipitaciones. El segundo instrumento es el Irradiance Monitor, que mide la energía solar absorbida por el planeta.