El caso de Karen White reabrió el debate en Reino Unido sobre las personas transgénero que son recluidas en las cárceles para mujeres solo con una declaración personal. Se trata de una detenida que fue condenada a prisión por tres violaciones que perpetró en 2016 cuando era hombre y se llamaba Stephen Wood. Al ser encarcelado, dijo que era trans y fue llevado a ese pabellón, donde abusó de varias reclusas.

White, de 52 años, estaba detenida en una cárcel para hombres por tres violaciones y tenía antecedentes al cumplir un año y medio de cárcel por conducta obscena contra un menor. De acuerdo al diario BBC, el Servicio Penitenciario aceptó enviarla a una prisión femenina después de que se declaró mujer frente a las autoridades.

Hasta el momento, la detenida solo admitió dos de las cuatro acusaciones por ataques sexuales que ocurrieron entre septiembre y noviembre del año pasado. Las denuncias son por acoso sexual, manoseo indebido, exhibición de sus genitales y comentarios inapropiados sobre sexo oral.

En julio del año pasado, la detenida de la cárcel de mujeres de New Hall, al norte de Inglaterra, aseguró que no había abusado a sus compañeras porque "no le atraían" y que sufría "disfunción erectil". No obstante, una de las violaciones por las que se la acusa ocurrió en los primeros días de su llegada a la prisión, en plena etapa de transición de hombre a mujer.

Por su parte, el Ministerio de Justicia se disculpó tras tomar conocimiento de la situación y reconoció que no tuvo en cuenta los antecedente de White cuando tomó la decisión de enviarla a New Hall. Según una investigación del medio inglés, de los 125 presos transgénero en cárceles británicas, 60 son criminales sexuales.

En este marco, Frances Crook, gerenta ejecutiva de la organización Howard League para la Reforma Penal, exigió que cualquier hombre que haya cometidos crímenes contra mujeres no debería ser enviado a una prisión de mujeres "hasta no hacer su transformación sexual completa".